El accidente que sufrió Harrison Ford en el set de rodaje de la última entrega de Star Wars hace dos años le va a salir muy caro a Disney. Los hechos sucedían en plena grabación, cuando el actor de 74 años era sacudido contra el suelo y aplastado por la pesada puerta de la nave Millennium Falcon, en los estudios Pinewood de Buckinghamshire, en Inglaterra.
Ford sufrió fractura de tibia y peroné y cortes en las manos, y se dislocó un tobillo, siendo trasladado de emergencia al cercano hospital John Radclife de Oxford. El error de cálculo, ya que la puerta le cayó encima como una guillotina, sin embargo le pudo haber costado la vida.
La empresa responsable, Foodles Production, que es propiedad y fue creada específicamente para realizar la película ha tenido que dar explicaciones y, tras admitir fallos a la hora de garantizar la seguridad y el bienestar del reparto, tendrá que pagar más de dos millones de dólares en compensación.
El protagonista, por su parte, recibió ya una elevada suma en su día para reparar el accidente, si bien no le impidió terminar la película, que se convirtió en la que más recaudó en la historia de la taquilla inglesa.