La canciller alemana, Angela Merkel, ha sido fotografiada por primera vez de forma oficial usando una mascarilla de protección, tras la polémica suscitada por el hecho de que en sus actos públicos no la haya empleado.
La mascarilla usada por la canciller es de color negro con el logotipo de la presidencia alemana del Consejo de la Unión Europea y la fotografía en cuestión fue tomada el jueves por la noche en una reunión previa con los estados federados acerca del semestre alemán al frente del Consejo.
El debate en torno a Merkel y el uso de la mascarilla surgió el lunes en el marco de una visita del presidente francés, Emmanuel Macron, al castillo de Meseberg, ubicado al norte de Berlín. Durante dicha visita, un periodista le preguntó a la canciller que por qué nunca antes se le había visto usando una mascarilla.
“Si mantengo las normas de distanciamiento, no tengo que ponerme una mascarilla. Si no guardo la distancia y voy al supermercado, sí. Pero allí no nos encontramos, evidentemente”, respondió Merkel. Además, la mandataria creó un poco de suspense al respecto: “Habrá otras ocasiones en las que seguramente aún me verán con una mascarilla”.
Y mientras Merkel finalmente ha dado muestras de cumplir con las normas, este viernes los miembros del Bundestag han tenido problemas para cumplir con el distanciamiento.
Después de que la primera votación sobre el abandono del carbón por fases no arrojara una clara mayoría, los diputados han tenido que repartirse en tres salas –para el sí, el no y la abstención– con el fin de sacar adelante la legislación.
El vicepresidente del Bundestag, Wolfgang Kubicki, ha tenido que pedir en repetidas ocasiones a sus colegas que mantuvieran los 1,5 metros de distancia requeridos entre sí y muchos, incluidos miembros de la CDU de Merkel y de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), han sido vistos sin mascarilla.