Por Damaris Rivera |
Tras un día agotador, llegar a casa y desear compartir la cena con los hijos, participar de deportes, artes o alguna actividad social antes de ir a descansar es el norte de toda familia. Mas no es posible ya que la carga de tareas es tal que invade el espacio y el tiempo familiar. ¿Si los niños pasan de seis a siete horas en la escuela; cómo es posible que necesiten de dos a tres horas más para completar tareas en casa diariamente? ¿Qué está ocurriendo durante el horario lectivo? ¿Porque las tareas escolares en lugar de ser estrategias de aprendizaje, generan conflictos familiares?
Las tareas de los estudiantes según los psicólogos deben ser ciertos minutos por grado. Sugieren que los estudiantes de 1ro y 2ndo grado ocupen en tareas de 30 a 45 minutos, de 3er grado a 6to una hora y los estudiantes de 7mo a 12mo grado dos horas máximo. Los objetivos de las tareas pueden ser los correctos, tales como; una forma de verificar y evaluar el aprendizaje, crear actitudes y hábitos de trabajo y responsabilidad. Por último, una forma de profundizar más información de temas. Sin embargo, si se sobrepasa la cantidad y la intensidad de las tareas se puede perder la motivación al aprendizaje que se pretende.
Las tareas deben ser dirigidas a la práctica y a reforzar destrezas aprendidas en clase. En el caso de los estudiantes más pequeños es prudente relacionar las tareas de lectura, de escritura y de matemáticas con la rutina diaria del hogar. Que el estudiante vea la pertinencia de la lectura la escritura y las matemáticas con su realidad. Esto hará que se entusiasme y vea su necesidad de aprender.
Debe existir una reacción a la tarea de parte del maestro, una nota o una observación. El estudiante debe entender que su proceso de tarea es atendido. No dar tareas por darlas, ni por cumplir con cantidad de contenido, que es lo que actualmente ha saturado esta área académica. Sino más bien que cada tarea tenga objetivos específicos y que considere las necesidades del estudiante. De otra forma perderá su efectividad. También el maestro esta tan ocupado constantemente que muchas veces si las tareas no tienen sentido generaran mayor tensión en la labor de este. La tarea debe facilitar la labor de seguimiento y re enseñanza. El maestro debe atemperar sus tareas a la tecnología que el estudiante domina y tiene accesible.
Según Gladys Jadue J. (1996) algunas características de hogares bajo el nivel de pobreza afectan esa realización y cumplimiento de tareas. Entre estas características esta la falta de materiales escolares y equipo tecnológico, la baja escolarización de los padres. Entre las cosas que la autora sugiere está el entrenar a las madres en estrategias y prácticas que apoyan el proceso enseñanza aprendizaje.
Recomendación a los padres para trabajar tareas. Primero, tener un horario específico para las mismas. Segundo, proveer tiempo para deportes, artes y actividades sociales para sus hijos. Tercero, fomentar que el estudiante trabaje solo sus tareas, tan solo supervisar el proceso. Cuarto, tener materiales escolares accesibles para no correr a última hora. Quinto, dar seguimiento a la corrección de la tarea y de tener dudas, ir a la escuela y dialogar con el maestro.
Este es un tema o asunto de actualidad donde unos apoyan las tareas a casa y otros psicólogos y educadores no creen en ellas. Siguiendo algunas de estas recomendaciones tal vez logremos tener maestros equilibrados y padres efectivos y menos agotados. En fin, siempre tenemos unos estudiantes motivados para aprender.