LUMA, la empresa a cargo del sistema eléctrico de Puerto Rico, vuelve a ser el centro de las críticas por su irresponsabilidad y falta de transparencia. En un nuevo episodio de despropósitos, la compañía movió un transformador usado con un costo de cuatro millones de dólares, solo para descubrir que no funcionaba.
El transformador, con más de 20 años de antigüedad y abandonado en un almacén sin mantenimiento, fue transportado por mar y tierra a un costo exorbitante. Tras la fallida instalación, LUMA se vio obligada a comprar uno nuevo, dejando a los residentes de varios pueblos sin servicio eléctrico por un tiempo prolongado.
¿Quién pagará por el error?
Surge la duda de si FEMA, la agencia federal de manejo de emergencias, reembolsará a LUMA los millones de dólares gastados en el fallido traslado del transformador.
Falta de planificación y negligencia
Este incidente no es más que una muestra de la falta de planificación y negligencia por parte de LUMA. La compañía ha sido criticada en repetidas ocasiones por su mala gestión del sistema eléctrico, lo que ha resultado en apagones frecuentes, altas tarifas y un pésimo servicio al cliente.
¿Hasta cuándo el pueblo puertorriqueño tendrá que soportar la ineficiencia y el despilfarro de LUMA? Se exige transparencia, rendición de cuentas y un verdadero compromiso con la isla por parte de la empresa.
La gente de Puerto Rico dice, ¡No más apagones! ¡No más abusos! El pueblo de Puerto Rico merece un sistema eléctrico eficiente, confiable y justo.