El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha revocado este domingo más de una decena de decretos firmados durante el Gobierno de su antecesor, Jair Bolsonaro, en uno de sus primeros actos tras realizar la toma de posesión de la Presidencia brasileña.
Lula, por un lado, ha determinado que la Controlaría General de la Unión (CGU) tendría que reevaluar en el plazo de 30 días el secreto impuesto durante 100 años a documentos e información de la Administración Pública, decisión del Ejecutivo anterior.
Asimismo, el mandatario ha restablecido el funcionamiento del Fondo Amazonia, mientras que se ha decretado el combate contra la deforestación y se ha derogado una medida sobre minería ilegal.
Por otro lado, el recién nombrado dirigente de Brasil ha suspendido la emisión de nuevos permisos de tenencia de armas, así como las autorizaciones de nuevos clubes de tiro.
El dirigente brasileño ha firmado varias medidas provisionales, una de ellas garantiza el pago de 600 reales brasileños (106 euros) a las familias inscritas en el actual programa Auxilio Brasil y que, a partir de ahora, pasa a llamarse Bolsa Familia; la segunda amplía la exención de impuestos sobre los combustibles; y la tercera reestructura el Gobierno al aumentar el número de ministerios.
Además, Lula ha ordenado a sus ministros que presenten propuestas para sacar del proyecto de privatización a empresas públicas como la petrolera Petrobras o el servicio postal Correios.