Los dominicanos nos hemos enterado de los escándalos de corrupción de la empresa constructora brasileña Odebrecht que involucra a nuestro país a través de la prensa internacional.
En 12 países Odebrecht pagó sobornos por 788 millones de dólares por lo cual pagará una multa de dos mil 600 millones. La República Dominicana, con 92 millones (4 mil 500 millones de pesos) es el tercero detrás de Brasil y Venezuela.
Me pregunto, ingenuamente: ¿Cómo se llaman los funcionarios que recibieron esa fortuna? ¿Lo sabremos algún día o lo sabemos pero no podemos o no queremos decirlo?
La compra de los aviones Súper Tucano, que es otro expediente de 3.5 millones de dólares en soborno no ha pasado desapercibido a pesar de los esfuerzos de las autoridades para ocultarlo. (Se nos quiere decir que un coronel es el único responsable, como si fuéramos estúpidos)
Frente a las graves denuncias y confirmaciones que vinculan a militares, diputados, senadores y funcionarios, el Ministerio Público rara vez se da por enterado, y, cuando lo hace, presionado por las evidencias, emite declaraciones ridículas que no convencen al más idiota de los idiotas.
Desde hace más de diez años vengo hablando y escribiendo del amor que el PLD les tomó a los gobiernos brasileños de Lula da Silva y Dilma Rausseff, a tal punto que uno visitó el país y la otra hizo un spot llamando al pueblo dominicano a votar por Danilo Medina, en un hecho insólito. (De haberlo hecho el embajador de Estados Unidos o de Haití los nacionalistas de postalitas habrían llamado al pueblo a tomar las armas)
Sabemos, gracias a la prensa foránea, que Odebrecht financiaba campañas electorales a cambio de ser beneficiada en la construcción de las obras más grandes y costosas de esos países. No olvidemos que Joao Santana, preso por corrupción, fue el jefe de las campañas electorales de Danilo, con tanto “éxito” que mereció un reconocimiento público.
No tengo dudas, porque no me chupo el dedo gordo del pie derecho, que Odebrecht financió por lo menos dos campañas electorales en el país para luego obtener privilegios onerosos que le permitieron construir puentes, elevados, túneles y carreteras, entre otras obras, que les dejaron pingues beneficios.
Si el Ministerio Público fuera independiente, si no estuviera atado al poder que lo designa, tal vez las investigaciones fueran creíbles, y tal vez, solo tal vez, los responsables, como en Brasil, terminarían sometidos a la justicia y presos. (Marcelo Odebrecht, rico y poderoso, uno de los dueños de Brasil, está preso)
Pero eso no sucederá en nuestro país. Lo más que puede suceder es que la Procuraduría General de la República haga un bulto mediático, como en otras ocasiones, sometiendo a la justicia y encarcelando a los más a los menos culpables de los culpables.
Los políticos que controlan fiscales, jueces, medios de comunicación, los llamados “pejes gordos”, esos no serán sometidos a la justicia, ni serán condenados. Las cárceles no están hechas para ellos. No mientras el PLD esté en el poder.
Si el Ministerio Público investigara sin importar posiciones políticas y económicas, óiganlo bien, se derrumbaría el gobierno. Pero no teman, eso no ocurrirá a menos que los fiscales y los jueces sean norteamericanos o brasileños.