Por tercer año consecutivo el número de personas muertas en accidentes de tráfico en carreteras del país puede alcanzar los 40.000, pese a que los vehículos son cada vez más seguros, informó hoy una organización especializada en seguridad vial.
Según datos preliminares del Consejo Nacional de Seguridad (NSC), aproximadamente 18.720 personas murieron en las carreteras estadounidenses entre enero y junio de este año, es decir, un 0,5 % menos que en el mismo período de 2017, cuando se registraron 18.770 víctimas fatales.
De 2014 a 2016, el número de personas a causa de la siniestralidad vial saltó de algo más de 35.000 a más de 40.000, una cifra que se repitió en 2017 y que parece haberse convertido en una “tendencia”, indicó el NSC.
Las estimaciones preliminares señalan que durante el primer semestre del año la tasa de accidentes mortales disminuyó más del 13 % en seis estados de EE.UU. y aumentó más del 5 % en otros nueve, comparado con el mismo período de 2017.
Así, entre los estados con peores registros respecto del mismo periodo de 2017 figuran Oklahoma, con el 14 % de aumento en accidentes mortales de tráfico (320 fallecidos), Pensilvania, con 591 víctimas fatales o el 10 % de incremento, y Florida, con una subida del 7 %, es decir, 1.684 muertos.
Nueva York, con una caída del 18 % (331 muertos) en accidentes mortales, o Montana, con una reducción del 33 % (45 muertos) son algunos de los estados con mejores registros.
El aumento de muertes en las carreteras en los últimos años coincide con una economía en crecimiento y precios de gasolina más baratos, lo que genera un fuerte aumento en el número de millas recorridas por vehículo: una “tormenta perfecta” para el impulsar el incremento de muertes en carretera, señaló Ken Kolosh, de la NSC.
El exceso de velocidad y consumo de drogas y el alcohol, así como una conducción distraída y la falta de uso de los cinturones de seguridad, continúan siendo factores comunes en las muertes en carretera, aun cuando las vías y los automóviles son más seguros.
