Los conflictos, la COVID-19 y el cambio climático han creado desafíos sin precedentes para los países en desarrollo, perjudicando a las personas y comunidades más pobres y vulnerables.
Se planteó cómo, de cara al futuro, para lograr la recuperación de la crisis y el desarrollo a largo plazo se requiere una transformación económica, inversión en capital humano, y seguridad y estabilidad respaldadas por el apoyo de la comunidad internacional.
En la actualidad la economía mundial enfrenta múltiples crisis, como la pandemia, la invasión de Ucrania por parte de Rusia y las interrupciones en las cadenas de suministro de alimentos y otros productos, los Gobiernos recurren cada vez más a los subsidios para dar alivio a la población.
Sin embargo, los costos pueden ser muy elevados, en términos de gasto público e incentivos distorsivos para la inversión y el consumo, más allá de 2023, el crecimiento mundial disminuiría a alrededor de 3,3% a mediano plazo.
El encarecimiento de las materias primas provocado por la guerra y la ampliación de las presiones de precios se han traducido en una inflación proyectada para 2022 de 5,7% en las economías avanzadas y de 8,7% en las economías de mercados emergentes y en desarrollo; o sea, 1,8 y 2,8 puntos porcentuales más que lo proyectado en enero.
Las iniciativas multilaterales para responder a la crisis humanitaria, impedir que se ahonde la fragmentación económica, mantener la liquidez mundial, manejar las situaciones críticas de sobreendeudamiento, encarar el cambio climático y poner fin a la pandemia son fundamentales.
Perspectivas y políticas mundiales: Se prevé que el crecimiento mundial se desacelere significativamente en 2022, en gran medida como consecuencia de la guerra de Ucrania.
El PIB de Ucrania sufriría una grave caída de dos dígitos debido a la contienda. Debido a las sanciones y a las decisiones de países europeos de recortar las importaciones energéticas, se prevé una profunda contracción en Rusia.
Los costos económicos de la guerra se propagarán con más amplitud, según las proyecciones, a través de los mercados de materias primas, el comercio internacional y, en menor medida, los vínculos financieros. El alza de los precios de los combustibles y de los alimentos ya se hace sentir en el mundo entero y afecta más que nada a las poblaciones vulnerables, sobre todo las de los países de bajo ingreso.
La deuda del sector privado y la recuperación mundial: Poco después de que estallara la pandemia se adoptaron medidas excepcionales para preservar el acceso privado al crédito, evitando así una recesión más grave en 2020.
Si bien apuntalaron muy bien la economía, estas políticas también propiciaron el endeudamiento de consumidores y empresas. En este capítulo se analiza si ese mayor endeudamiento puede haber afectado el ritmo de la recuperación. El análisis empírico basado en datos a nivel macro y microeconómico indica que las cifras agregadas de endeudamiento privado no lo dicen todo, y es posible que la recuperación sea más débil en algunos países debido a diversos factores.
La restricción monetaria y fiscal futura tiende a afectar más a los más vulnerables, y por eso hay que ser prudentes al momento de retirar las políticas de apoyo relacionadas con la pandemia.
Un mercado laboral más verde: Empleo, políticas y transformación económica: la transición a una economía verde incide en el mercado laboral, partiendo de una muestra compuesta mayoritariamente por economías avanzadas, el análisis empírico indica que tanto las actividades más ecológicas como las más contaminantes están concentradas en pequeños subgrupos de trabajadores. Individualmente, a los trabajadores les cuesta pasar de ocupaciones que generan mucha contaminación a empleos más verdes.
Las políticas ambientales más estrictas ayudan a ecologizar el mercado laboral y parecen ser más eficaces cuando los incentivos para la reasignación no se desvirtúan.
Las simulaciones de los modelos indican que un programa de políticas que incluya una campaña a favor de la infraestructura verde, tarificación del carbono, un crédito tributario sobre la renta del trabajo y capacitación puede encauzar a una economía hacia la meta de cero emisiones netas en 2050, con una transición inclusiva.
El comercio mundial y las cadenas de valor durante la pandemia: Cuando estalló la COVID-19, se esperaba que el shock combinado de la oferta y la demanda provocara un desplome espectacular del comercio, pero, aunque el comercio de servicios permanece deprimido, el de bienes repuntó bastante pronto.
Las perturbaciones en las principales redes internacionales de producción y comercio también han despertado el interés en la relocalización interna de la producción.
En este contexto, las conclusiones del capítulo son que factores específicos de la pandemia incidieron crucialmente en la rotación de la demanda de los servicios a los bienes; y que, si bien las políticas de contención de la pandemia provocaron graves perjuicios en los socios comerciales, las repercusiones fueron pasajeras, y el comercio y las cadenas de valor demostraron ser en general resilientes.
Sin embargo, en previsión de shocks futuros, conviene diversificar más y mejorar la sustituibilidad de las fuentes de insumos para afianzar esas redes internacionales de producción y comercio.
La acción global concertada contra los conflictos y la violencia exige que las instituciones internacionales se centren en las funciones en las que tienen una ventaja comparativa, como el seguimiento de los flujos financieros transfronterizos, la prestación de asistencia humanitaria y el fortalecimiento de la capacidad sobre el terreno para asignar y gestionar estratégicamente las operaciones de mantenimiento de la paz.
Gran parte de las medidas necesariamente deberán adoptarse a nivel nacional, por lo que la ventaja comparativa del Grupo Banco Mundial radica en su capacidad de lograr resultados sobre el terreno e intercambiar buenas prácticas, trabajando en estrecha colaboración con los Gobiernos, la sociedad civil y el sector privado.
Este es el ámbito en el que podemos ganar las batallas contra las múltiples crisis que enfrentamos.