Arriba por cinco carreras en el séptimo inning y la victoria en el bolsillo, lo menos que se podía esperar era que Aroldis Chapman apareciera en escena.
Con sus Cachorros de Chicago en un juego de vida o muerte, el manager Joe Maddon repitió el martes la fórmula del partido previo: traer a su cerrador cubano en el séptimo inning. Por segundo juego consecutivo tuvo que soltar su fulminante recta en tres innings distintos.
Los Cachorros acabaron imponiéndose 9-3 para un séptimo juego ante los Indios de Cleveland, y el miércoles intentarán conquistar su primer campeonato desde 1905.
Pero emplear a Chapman este martes a todas luces fue innecesario.
¿Se pasó de la raya Maddon? ¿Lo habrá dejado sin balas al acumular 62 lanzamientos en los últimos dos juegos? Aún más extravagante: ¿por qué tuvo que salir en el noveno cuando la ventaja se amplió a siete carreras?
Maddon se defendió a capa y espada ante los cuestionamientos.
Su explicación por el llamado a Chapman en el séptimo inning en reemplazo de Mike Montgomery, arriba 7-2, fue porque “se venía la parte medular” del orden ofensivo de los Indios, con Francisco Lindor, Mike Napoli y José Ramírez.
“Pensé que podíamos perder en ese momento si no tomábamos las medidas adecuadas”, dijo Maddon sobre la situación de corredores en primera y segunda con dos outs.
“Lindor puede disparar un jonrón en cualquier momento y es mucho más difícil hacer con la velocidad de Chapman”, añadió sobre las rectas del cubano, que alcanzan las 100 millas por hora.
La estrategia le funcionó cuando Chapman pudo sacar con lo justo al puertorriqueño Lindor. Lo hizo con un rodado al primera base Anthony Rizzo, para luego recibir el tiro en la almohadilla, en una jugada que debió dirimirse con la intervención de un análisis de video. Ahí, Chapman acabó con muecas de dolor tras tocar la base con el pie.
Pero procedió a lanzar en el octavo, que consumó con un rodado para doble play del bateador emergente Yan Gomes.
Luego que Rizzo conectó un jonrón de dos carreras en la parte del noveno, la percepción era que Pedro Strop, Héctor Rondón o Travis Woods tomarían el encargo de los últimos tres outs de un juego liquidado.
Chapman, sin embargo, subió a la lomita y enfrentó a Brandon Guyer, concediéndole un boleto que finalmente puso fin a su actuación.
Maddon indicó que “no tuvieron suficiente” para que el dominicano Strop calentase tras el jonrón de Rizzo.
“Creo que acabó con 20 pitcheos, así que no pienso que eso tenga mayor impacto que 16”, razonó el dirigente.
Cuando Chapman lanzó el sábado en Wrigley Field, 15 de sus 42 pitcheos alcanzaron las 100 mph. El martes en el Progressive Field de Cleveland, su total de rectas de 100 fue de tres. Quedó con nueve ponches al alcanzar los seis innings y un tercio de labor en cuatro apariciones en esta Serie Mundial.
“No me preocupo por unos cuantos pitcheos más”, afirmó Chapman. “Tengo toda la fuerza y mentalidad para lanzar en este escenario. Mañana voy a estar al ciento por ciento. Es el último juego y ahí hay que dejarlo todo en el terreno”.
Chapman también desestimó la aparente dolencia: “no fue nada grave, mañana voy a estar en condiciones de lanzar sin ningún tipo de problema”.
“Los Cachorros me buscaron para este tipo de situaciones y solo estoy concentrado en el juego, en el día a día, seguir ganando”, comentó Chapman, quien fue adquirido por Chicago en julio tras un canje con los Yanquis de Nueva York.
Maddon relató que, como hizo el sábado, habló con Chapman para plantearle el plan de usarle de la posibilidad de usarle antes del noveno: “Es nuestro pitcher más dinámico…. salió a lanzar y volvió a estar excepcional”.
Y Chapman insistió que el miércoles podrá ser empleado de la misma manera. Después de todo, es el fin de la temporada y quiere conseguir un anillo de campeón. Será agente libre tras el último out y lo más seguro que podría recibir un contrato que le convertiría en el relevista mejor pagado de las mayores.
“Es el último juego, no se va a aguantar nada y dejarlo todo en el terreno”, acotó el pitcher de 28 años.
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Por ERIC NÚÑEZ / AP