América Latina podría reducir la pobreza extrema por medio de “comunidades sostenibles para familias” construidas, desarrolladas y administradas por quienes allí vivirán y trabajarán, afirma un libro difundido gratuitamente en inglés y en español.
El libro, “Lo que la pobreza me enseñó”, está basado en la experiencia profesional de su autor, Robert (Bob) Miller, como consultor internacional (llegó a trabajar en 21 países), en su experiencia personal de haber adoptado a dos niños mexicanos (ahora ya adultos) y en dos décadas de investigaciones en México, Estados Unidos y Vietnam.
Miller, residente en Evergreen, Colorado, afirma que las “comunidades sostenibles para familias” pueden servir de base para “un sistema que reemplace pobreza con prosperidad”, porque “las ganancias generadas por los negocios de esas comunidades se reinvertirán en mejoras de la infraestructura y los servicios en esas comunidades y en la apertura de nuevas comunidades sostenibles”.
Según estadísticas del Banco Mundial de junio de 2016, la pobreza infantil extrema en América Latina llega al 18 % (era del 33 % en 2014), no obstante esa cifra varía de país a país y empieza desde un 11 % en Chile hasta un 70 % en Guatemala.
Además, la pobreza afecta a uno de cada tres residentes en esa región, sin importar su edad.
No obstante, según Miller, “el problema en sí no es la pobreza, sino el hecho de que quienes viven en pobreza no pueden concebir su conexión con una vida sin pobreza”.
“Ellos quieren salir de la pobreza, pero ¿cómo lo hacen?, o ¿cómo pueden hacerlo desde ahora? Por medio de una comunidad sostenible que ellos mismos construyan”, declaró Miller a Efe.
El modelo surgió de largas consultas con la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Colorado, cuyos estudiantes crearon sin costo el diseño de las comunidades, y con el Club Rotary International, además de un equipo de unos 800 voluntarios, empresarios, dirigentes, funcionarios, diplomáticos y expertos en temas sociales, de México y de Estados Unidos.
Miller enfatizó sobre la urgencia de implementar este modelo o alguno similar “porque ya hemos visto los efectos de la pobreza, el desamparo, las drogas y los crímenes en nuestros países”.
La combinación de micro emprendimientos enfocados en producción de alimentos, oportunidades educativas, asesoría y contextualización cultural de cada comunidad asegurará la estabilidad de las comunidades, sin que eso desestabilice otras comunidades o genere pobreza en otros lugares, explica el consultor en su libro.
Miller, quien indicó que no acepta compensación alguna por su trabajo ni solicita donaciones de organizaciones caritativas o subsidios del Gobierno, describió su trabajo como “una visión para el futuro, un modelo del porvenir, una isla de prosperidad, una manera de salir de la pobreza”.
Su recompensa, agregó, llegará en el futuro cercano “cuando miles de niños en comunidades sin pobreza me digan ‘abuelo'”.
“La caridad no elimina la pobreza. Los niños preparados lo harán. No estamos luchando contra la pobreza, sino que estamos construyendo prosperidad por medio de comunidades inmunes a la pobreza”, concluyó.