Dar prioridad al financiamiento para combatir el cáncer, lograr la participación de la iniciativa privada y garantizar el acceso a los medicamentos son los principales retos que enfrenta Latinoamérica en la lucha contra el cáncer.
“La región ha tomado conciencia para tomar estrategias, para entender y luchar contra el cáncer, pero aún hace falta mucho por hacer”, dijo en entrevista con Efe Irene Mia, directora editorial global de liderazgo de reflexión de la Unidad de Inteligencia de The Economist.
La publicación británica dio a conocer en julio del año pasado el estudio “El control del cáncer, acceso y desigualdad en América Latina: una historia de luces y sombras”, que incluyó a 12 países que sumados representan el 92 % de la incidencia de cáncer en la región.
Explicó que México se ha vuelto un ejemplo en la región debido a que ha entendido la importancia de la lucha contra el cáncer, aunque aún tiene huecos en cuanto a financiamiento y la fragmentación en los sistemas de salud, la cual sigue siendo pronunciada.
“México es una historia de luces y sombra. Por un lado tiene un plan estratégico para combatir el cáncer, ha buscado mejorar las medidas de prevención y detección, pero ha fallado en el financiamiento, que apenas alcanza el 3,3 % del PIB cuando el promedio de la región es de 4,6 % y en la OCDE del 7,7 %”, señaló.
Mia explicó que el estudio detalló que para el 2035 se espera que las muertes por cáncer se incrementen en un 106 % si los Gobiernos y el sector privado no trabajan juntos para mejorar en los aspectos evaluados por The Economist.
El estudio comparó parámetros que permiten comprender cómo se desempeña cada país en el control del cáncer, desde la prevención y detección temprana hasta el tratamiento y los cuidados paliativos y les otorgó una calificación.
En ese sentido, dijo, México logró 3 de calificación en cuanto al plan estratégico, pues ha puesto en marcha el Registro Nacional de Cáncer, con lo que busca comprender el desarrollo de esta enfermedad.
Asimismo, en prevención y detección temprana tiene un desempeño modesto, pero es, junto con Chile, pionero en tener un impuesto a las bebidas azucaradas, lo que representa un firme combate a la obesidad, padecimiento que está relacionado con 16 tipos de cáncer.
“El Seguro Popular, los programas para enfermedades no transmisibles y el cáncer de la mujer, las iniciativas nacionales de tamizaje y detección temprana del cáncer de mama y cervicouterino son medidas que apuntan a un control eficaz de la enfermedad”, señaló.
En contraparte, explicó que a través del estudio pudieron ver que una de las principales carencias no solo en México, sino en la región es la falta de financiamiento al sector salud.
“Hay que entender que existen costos relacionados con el cáncer como la falta de productividad, pues cuando uno tiene cáncer no puede trabajar. También hay costos indirectos como los gastos de hospitalización y medicamentos”, comentó.
Explicó que la infraestructura es un tema muy importante. Como ejemplo, en México solo 48 % de las unidades de radioterapia está en el sector público, mientras que en Chile se eleva al 100%.
“También hay falla en los recursos humanos. Mientras en países como Estados Unidos y algunas naciones de Europa hay 11 o 12 radioncólogos por cada millón de habitantes, en México solo hay dos para el mismo número de personas”, lamentó.
Mia dijo que otro de los retos a enfrentar es el acceso a los medicamentos y a terapias innovadoras.
“Casi todos los países de la región, incluyendo México, cuentan con los medicamentos más antiguos contra el cáncer y no ofrecen los tratamientos más nuevos e innovadores contra el cáncer de pulmón. Solo Chile cuenta con un medicamento de los más nuevos”, indicó.
Los países mejor situados para liderar esfuerzos contra el cáncer, según The Economist, son Uruguay y Costa Rica, y los que presentan más rezagos son Bolivia y Paraguay.
Además de estas naciones, en el estudio fueron evaluados Panamá, Colombia, Brasil, Ecuador, Perú, Chile y Argentina.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer es la segunda causa de muerte en Latinoamérica, solo detrás de las enfermedades cardiovasculares. efe