Las ventas de automóviles en Estados Unidos cayeron un 1,8 % en agosto, en parte a consecuencia de los efectos del huracán Harvey en Texas, y se situaron en 1,48 millones de vehículos.
En los ocho primeros meses de 2017, las ventas han sido inferiores a las obtenidas el año pasado. En la actualidad, la pérdida acumulada es del 2,7 %, con lo que la entrega acumulada entre enero y agosto alcanzó los 11,67 millones de vehículos.
Las ventas de agosto, un mes tradicionalmente sólido en términos de ventas, ya que los automovilistas aprovechan las ofertas y descuentos ofrecidos por los fabricantes para eliminar inventario, se corresponden con un ritmo anual de ventas de unos 16,4 millones de vehículos.
El año pasado, que fue un periodo récord para el sector del automóvil, las ventas totales fueron de 17,2 millones de vehículos.
El economista jefe de GM, Mustafa Mohatarem, explicó que el efecto del huracán Harvey en el segundo mercado automovilístico más importante de Estados Unidos, Texas, se hizo notar en los últimos días de agosto.
“El huracán Harvey tuvo un efecto adverso en las entregas de todos los fabricantes en la última semana de agosto aunque los cimientos clave de la economía estadounidense siguen apoyando unas fuertes ventas de vehículos”, añadió Mohatarem.
A pesar de ello, en agosto, dos de los cuatro principales fabricantes de automóviles consiguieron terminar el mes en números positivos.
General Motors (GM) dijo que sus ventas aumentaron un 7,5 % y se situaron en 275.552 vehículos. Mientras, Toyota reportó un crecimiento del 6,8 % con 227.635 unidades entregadas en el mes.
Pero los otros dos grandes registraron pérdidas. El grupo Fiat Chrysler (FCA) perdió un 11 % de sus ventas y cerro agosto con 176.033 ventas. Y el grupo Ford cayó un 2,1 % con 209.897 unidades entregadas.
El vicepresidente de GM para Ventas en EE.UU., Kurt McNeil, afirmó en un comunicado que agosto fue “un mes muy fuerte” y aumentaron sus ventas a particulares y flotas comerciales “sobre la fortaleza de robustas ventas de todocaminos” en sus cuatro marcas.
Por su parte, Jack Hollis, vicepresidente del grupo de Toyota, explicó que “aunque la demanda se suavizó durante la última parte del mes, agosto fue un buen mes para el sector”.
“Seguimos estableciendo récords con las camionetas ligeras, y el RAV4 obtuvo su segundo mes consecutivo con ventas de más de 40.000 unidades, estableciendo otro récord absoluto, mientras que el nuevo Camry tuvo un gran inicio”, añadió Hollis.
Por su parte, Ford se consoló con las fuertes ventas de la Serie F de camionetas, su principal vehículo desde hace décadas.
Mark LaNeve, vicepresidente de Ford para Ventas en EE.UU., explicó que la compañía está experimentando “una elevada demanda en conjunto de la gama de la Serie F, sobrepasando el ritmo de crecimiento del segmento de las camionetas de gran tamaño”.
Y lo que es casi tan importante, la demanda de las versiones más equipadas y caras de la Serie F se mantuvo fuerte en agosto y supuso el 53 % de las ventas a particulares durante el mes, lo que permitió que el precio medio de venta aumentara en 3.400 dólares.
Por detrás de los cuatro grandes fabricantes, los resultados de agosto fueron mixtos.
El grupo Honda vendió 146.015 vehículos, lo que representa una caída del 2,4 %, mientras que el grupo Nissan acumuló una pérdida del 13,1 %, con la entrega de 108.326 vehículos.
Por su parte, Hyundai perdió una cuarta parte de sus ventas con respecto a agosto de 2016 y cayó un 24,6 % con la venta de 54.310 unidades. Y Kia vendió 53.323 vehículos, un 1,7 % menos que hace un año.
Los fabricantes alemanes tuvieron suertes alternas. Volkswagen (VW) vendió 32.015 vehículos, con un 9 % de aumento, mientras que Audi colocó 19.811 vehículos en el mercado, lo que supuso un crecimiento del 2,8 %.
El grupo BMW cerró con una caída del 8,2 % y 28.111 vehículos vendidos, y para finalizar, Mercedes-Benz perdió un 8,5 % con la entrega de 28.954 vehículos.