La vaquita marina es un ejemplo de un fenómeno planetario, “otro cambio global, que se conoce como defaunación”, que consiste en “la pérdida de la vida animal en los ecosistemas”, dijo a Efe el biólogo Rodolfo Dirzo, profesor de la Universidad de Stanford.
El caso de la vaquita marina, la especie de marsopa más pequeña del mundo, de la que quedan de 20 a 30 ejemplares en el Alto Golfo de California, es también un ejemplo de crisis de la biodiversidad y el anuncio de una sexta extinción masiva, pues sus poblaciones han disminuido drásticamente en los últimos 60 años.
El especialista mexicano, doctor en Ecología por la Universidad de Gales, explicó que “el problema de la defaunación es que no es evidente; no se ve qué está pasando con la fauna silvestre”.
El uso de tecnologías como las cámaras infrarrojas, los trabajos de monitorización de especies y grabaciones de sonidos han ayudado a entender que sí hay un problema gravísimo, como una amenaza invisible que hasta hace poco tiempo se desconocía: el problema de la defaunación, señaló Dirzo.
Esa pérdida de especies se manifiesta de varias maneras. En principio, detalló, “las especies disminuyen sus poblaciones, lo cual se puede ver al monitorear cierta región; aunque la especie no se ha extinguido va disminuyendo”.
Cuando esto sucede “tenemos animales que son como muertos vivientes”, explicó, ya que ya no encuentran parejas y no pueden hacer sus funciones ecológicas.
“Cuando llega el extremo y se pierde una población, y luego otra, se le conoce como la extinción de poblaciones. Esto es muy grave, de una magnitud enorme que poco se ha documentado”, indicó.
Esto se puede medir analizando la reducción de la distribución geográfica de un animal.
A nivel mundial, la mitad de especies de mamíferos han reducido su distribución geográfica hasta en un 80 % en las últimas décadas. Esto quiere decir que disminuyeron las poblaciones de especies que habitaban diversas regiones.
“Cuando todas las poblaciones se extinguen llegamos a la extinción global”, señaló el experto.
La extinción es la desaparición total de una especie en el mundo. Durante la larga historia del planeta se han dado incontables extinciones causadas por cambios climáticos, vulcanismo, inundaciones, sequías. Particularmente se identifican cinco grandes extinciones desde hace 549 millones de años.
En los últimos años la gran mayoría de las extinciones de flora y fauna se deben al impacto directo o indirecto de las actividades humanas, durante lo que Dirzo califica como la “Era del Antropoceno”.
Consideró que los impactos actuales de las actividades humanas nos están llevando a la sexta extinción masiva. “Estamos empujando a los animales a un pulso de la defaunación”, expresó.
La crisis de la biodiversidad es la pérdida acelerada de la variedad genética, de especies y de ecosistemas.
Sensibilizar al público sobre la importancia de la pérdida de especies, la defaunación y la destrucción de hábitats no es sencillo, sostuvo.
“Si en una sabana desaparecen elefantes, jirafas y otras especies, los pastos y arbustos crecen porque no hay quien los coma. Esto crearía ambientes propicios para la llegada de otros animales como los roedores, los cuales pueden ser portadores de parásitos y enfermedades que pueden llegar a los humanos que habiten cerca de esas regiones”, expuso.
En México se ha identificado ya el virus de Hanta transmitido por roedores que habitan los cañaverales o cultivos masivos, y esto puede ser un riesgo para las comunidades rurales cercanas.
“Esto es lo que llamamos un efecto en cascada”, ya que al quitar un elemento de la naturaleza se abre “una cascada de consecuencias”, enfatizó.
Esto es lo que el público debe entender para tratar de evitar la defaunación. “El génesis del problema es el Homo sapiens (el ser humano)”, concluyó.
Ivette Mota