Con los ojos tristes, la mirada perdida y mucho mas delgado a lo que nos tiene acostumbrados. Para Brad Pitt ha sido muy duro dar la cara después de semanas de informaciones en su contra. Pero lo ha hecho. Tratando de mantener el tipo, ha sonreido como ha podido a sus fans, y apesadumbrado, ha firmado durante una hora los autógrafos que le pedían. Seguro que al menos le han subido el ánimo en estos días de angustia separado de sus hijos y con la autoestima por los suelos. Al actor, todo lo ocurrido le ha pasado factura en su salud.
En su físico, visiblemente desmejorado y en su estado de ánimo. Se ha cortado el pelo y ha cambiado de look, menos alternativo que cuando estaba con Jolie. Pitt quiere ser otra persona. Porque ha tenido que soportar que la opinión pública piense que maltrató a sus hijos. Como padre debe ser devastador, y también como actor, cuando medio mundo piensa ya solo en eso. Pitt ha vuelto a la palestra desmejorado pero con ganas de superarlo. El estreno de su película es el comienzo de una nueva etapa. Un Pitt que vuelve sin fuerzas pero con valentía para seguir conquistando a los que siempre han creido en él.