Por Miguel Espaillat |
Henry Ramos Allup Secretario General del Partido Acción Democrática, máxima autoridad de ese Partido ante la Mesa de la Unidad Democrática (coalición de partidos opositores al gobierno del Presidente Nicolás Maduro) es actualmente, el Presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela. Desde que asumió esa posición el 5 de enero de 2016 para el período 2016-2020, ha dejado claro, que su meta es derrocar al gobierno legítimo encabezado por Nicolás Maduro. Desde entonces, en pos de ese logro, no ha escatimado esfuerzos.
Sus discursos, agresivos, pasionales, cargados de una incendiaria retorica, no ahorran epítetos contra todos los miembros del gobierno legítimo que combate. Tampoco, en su meta obvia emplear métodos repugnantes, incluyendo, una invasión por los que están interesados en la inmensa riqueza petrolera y otros minerales de su patria. Es que Allup llegó a esa curul, no a legislar en concordia con sus adversarios para el bien de Venezuela, sino, como hemos dicho ya, para derrocar el gobierno Constitucional, estableciendo para ello, un plazo de seis meses.
Allup, en su obsesión golpista, pasa por alto los nefastos efectos colaterales, que ocasionarían el rompimiento del orden Constitucional en su país. ¿Por qué no hacer las cosas bien y en justicia, y en consecuencia esperar las próximas elecciones para que el cambio de gobierno tan anhelado por él y sus adeptos, se dé manera legitima, democrática y pacífica?
La formula Allup, para un cambio de gobierno a la maneras fascista, si así ocurriese (Dios no lo quiera), desencadenaría en Venezuela como en cualquier otro país, una espiral de sucesos violentos, que el gobierno derechista al mando reprimiría, tal como sucedió en el llamado Caracazo, el 28 de febrero de 1989 siendo Presidente de Carlos Andrés Pérez, tiempo en que fueron asesinados 5 mil venezolanos de la clase pobre. Esos muertos, no importaron a Washington ni a la clase gobernante de Venezuela, mejor justificaron y apoyaron esa masacre, en nombre de mantener la democracia. Años después, lo mismo se hizo en Honduras con la gente de Zelaya, sin que los medios de comunicación de las élites gobernantes, hicieran referencia de esos horrendos acontecimientos. Esas masacres de los pobres en Venezuela y después en Honduras y anteriormente bajo el “Plan Cóndor” en Chile, Argentina, Nicaragua, Bolivia, Ecuador, El Salvador, etc., abatidos por las balas de soldados y sicarios, no importaron ni importan a las elites gobernantes. Si importaron e importan, la muerte de dirigentes políticos y sindicales, opuestos a un sistema que los explota y margina; a tal punto, que para su eliminación física se consigna un listado, pese a que los autores de esta orden, Generales y civiles de la ultraderecha, dicen ser, democráticos y cristianos, principalmente del ramo, católicos, apostólicos y romanos.
Si se diera el hipotético caso, de que Allup o cualquier otro de esa cuadra de fascistas opositores llegue al poder presidencial, con las formas anticonstitucionales que se está llevando a cabo desde el Congreso Nacional y las calles, que tengan en cuenta, que también los Chavistas tomarán las calles, que protestarán, que no se quedaran sentados en sus casas con los brazos cruzados, que harán guarimbas (pero sin matar personas ni dañar la propiedad privada, tal como lo han hecho y siguen haciendo los antichavistas) que adoptarán el plan “la salida”(derrocar el gobierno a como dé lugar), para darle del mismo diarreico, del mismo vomitivo (de la misma medicina), que los golpistas parlamentarios han estado dándole al chavismo, por un tubo y siete llaves.
Con estas acciones de reciprocación, los chavistas harán ingobernable a Venezuela, tal como la están haciendo ahora los irracionales opositores comandados por Allup, Capriles y López desde la cárcel. Entonces, en este escenario de luchas fratricidas, se dará una espiral de violencia incontenible y será las de nunca acabar, en lo que Venezuela quedará atrapada, en un rio de sangre, porque para gobernar tendrán que matar a muchos chavistas y no chavistas y reprimir constantemente a un pueblo contestarío.
Vaticino estos hechos, lamentando que los mismos pueden ocurrir, pese a las advertencias que podamos hacer decenas, cientos, o miles, de los que nos duele la situación de Venezuela. Y pueden ocurrir, porque la ultraderecha, los capitalistas y el imperialismo, no obvian métodos, por inhumanos que sean, para establecerse y lograr sus propósitos de dominación; que en caso de los imperialismos, es para hacerse de los recursos naturales de otras naciones; así lo confirman las crueles guerras e invasiones, así como derrocamientos de gobiernos legítimos, que en todo tiempo han llevado a cabo los diversos imperios que han existido.
De todo lo expuesto, también se puede colegir, que la oposición venezolana (la oligarquía y burguesía aliada a los poderes foráneos), que no tuvieron, ni tienen ningún respeto por la gran base chavista que es todo un pueblo, con sus métodos antidemocráticos, lo quieren es, imponer una dictadura a sangre y fuego, tal como en su tiempo lo hicieron Hitler, Mussolini y otros dictadores.
Con este trabajo solo quiero, advertir a Henry Ramos Allup, actual Presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, lo mismo que a Henrique Capriles, Leopoldo López y Corina Machado y a los demás insensatos opositores al gobierno Constitucional que preside Nicolás Maduro, que si persisten en llegar al poder con los métodos fascistas que están llevando a cabo, sumergirán a Venezuela en un baño de sangre y muertes de consecuencias impredecibles. En un país, donde las fuerzas sociales están polarizadas en casi igualdad numérica, hay que evitar la confrontación entre ellas, porque eso significaría derramamiento de sangre, y muertes a granel para ambos bandos. Allup y la oposición antichavista en general, no está evitando esa confrontación, sino, azuzándola, hostigando, creando así, las condiciones para ella. Para evitar esta situación, invitamos a la reflexión, a estos belicosos opositores, a que se dejen de estar jugando con candela, que dejen de seguirle los pasos a Hitler, a Mussolini y a Álvaro Uribe, para que no hagan de Venezuela, otra Alemania Nazi u otra Colombia con guerrilleras. ! Que Dios ilumine, tantas mentes perturbadas y en estado de critica inconsciencia!
Posdata
Algunos podrían preguntarse, ¿por qué yo tengo que opinar sobre los asuntos internos de Venezuela, si ello supuestamente no me compete, porque no soy venezolano? Bien…el mundo está globalizado. La suerte del globo nos concierne a todos. Somos ciudadanos del planeta tierra. Lo bueno o lo malo que acontece en un país lo disfrutamos o lo sufrimos todos. El calentamiento global y las políticas económicas globalizadas así lo confirman. Lo de Venezuela, no puede ser la excepción. Lo que sucede a Venezuela (bueno o malo), de alguna manera afecta a nuestra patria y a todos los países del mundo.