Tras el acuerdo para frenar la ofensiva del Gobierno sirio en la provincia de Idlib, la ONU considera que ha llegado el momento de avanzar urgentemente en el proceso político para poner fin al conflicto.
El mediador de la organización, Staffan de Mistura, avanzó hoy que durante las próximas semanas va a acelerar las conversaciones para tratar de poner finalmente en marcha el comité constitucional que debe encargarse de reformar la Carta Magna.
Hasta ahora, ese comité pactado hace meses por las partes del conflicto y considerado clave para un final negociado de la guerra ha permanecido bloqueado por la falta de acuerdo sobre su composición.
Según la ONU, hay consenso en que un tercio del comité serán representantes elegidos por el Gobierno sirio, otro tercio de la oposición y una última parte representantes de la sociedad civil.
Las diferencias se centran en ese último grupo y De Mistura, que tiene la responsabilidad central en su formación, sugirió hoy que podría fijar próximamente una fecha límite para poner en marcha el comité.
Las potencias occidentales le animaron hoy proceder y elegir a esos nombres, expresándole total apoyo en cualquier elección, mientras que del otro lado Rusia exigió que no se “impongan configuraciones artificiales”.
De Mistura, en declaraciones a los periodistas, dijo que espera que el acuerdo sobre Idlib aumente el interés en discutir el proceso político durante las reuniones que los jefes de Estado y de Gobierno de todo el mundo mantendrá la próxima semana en Naciones Unidas.
Según el enviado de la ONU, con el riesgo inminente reducido en ese último bastión opositor, “ahora se podrá hablar de lo que realmente importa: cómo estabilizar la paz”.
Los presidentes ruso, Vladímir Putin, y turco, Recep Tayyip Erdogan, pactaron ayer la creación de una zona desmilitarizada en Idlib, que por ahora servirá para suspender la ofensiva anunciada por el Gobierno sirio contra la provincia, fronteriza con Turquía.
Naciones Unidas, que había advertido repetidamente de que una gran batalla allí podría desencadenar una catástrofe humanitaria, dio hoy la bienvenida al acuerdo.
El secretario general, António Guterres, destacó que éste ofrecerá “alivio” a millones de civiles y pidió a todas las partes cooperar para su implementación.
De Mistura también subrayó la gran importancia del pacto, aunque admitió que todavía hay cuestiones por aclarar, entre ellas qué va a pasar con los miles de miembros de grupos terroristas como el Frente al Nusra presentes en Idlib.
El diplomático, en todo caso, aseguró que Rusia y Turquía están trabajando en ese aspecto y se mostró confiado en que habrá respuestas.
El jefe humanitario de la ONU, Mark Lowcock, celebró el acuerdo entre Moscú y Ankara al considerar que “puede evitar la catástrofe” sobre la que se había advertido, incluido el desplazamiento de unos dos millones de personas.
La pregunta ahora, según Lowcock, es si el pacto es “simplemente el aplazamiento de una ejecución” o “la primera diminuta luz al final del túnel más oscuro”.
En una reunión ya prevista con anterioridad, el Consejo de Seguridad repasó este martes la situación en Siria, con un debate marcado por ese acuerdo sobre Idlib y, más a última hora, por el derribo de un avión ruso en Siria que costó la vida a 15 militares.
Moscú culpó hoy a Israel de haber provocado con sus ataques sobre territorio sirio el derribo accidental del avión por parte de la defensa aérea del Gobierno de Damasco.
En la ONU, sin embargo, Rusia evitó echar más leña al fuego y se centró, principalmente, en el acuerdo sobre Idlib, que consideró “histórico” y una muestra de sus esfuerzos para lograr la paz en el país.
Mientras, el embajador sirio ante Naciones Unidas, Bashar Yafari, aprovechó su intervención para arremeter contra Israel y pidió a la comunidad internacional medidas contra el país.
De Mistura, por su parte, llamó a todas las partes a que detengan sus acciones militares con el objetivo de frenar una “preocupante escalada” de la tensión.