La planificadora de eventos Beth Bernstein decidió que ya estaba hasta aquí de Donald Trump tras circular un video del 2005 en el que el magnate se jacta de toquetear a mujeres sin su consentimiento. Sacó de su portal fotos de bodas que organizó en un hotel de Trump en Chicago, le pidió al hotel que la retirasen de su lista de “vendedores preferidos” y criticó a Trump en su blog.
“No puedo seguir trabajando con ellos”, escribió la propietaria de SQN Events.
Bernstein no está sola. Los precios de las habitaciones del nuevo hotel de Trump en Washington están siendo rebajados y datos de los teléfonos de usos múltiples indican que poca gente está estudiando sus propiedades comparado con otras vecinas.
El candidato republicano a la presidencia corre peligro de perder no solo la elección, sino también algo muy preciado para alguien que se jacta de que su nombre solamente vale 3.000 millones de dólares: los muchos clientes, casi todos ricos, que se han alojado en sus hoteles, jugado en sus campos de golf u organizado fiestas de gala en sus resorts junto al mar.
La opinión de los analistas
Expertos coinciden en que la marca Trump está perdiendo caché y se enfrenta una encrucijada ahora que, como político, Trump ignora a las elites acaudaladas y se enfoca mayormente en la clase media-baja, que constituye su base.
Se especula que podría lanzar un canal noticioso que ofrecería perspectivas de derecha y atraería publicidad para compensar las pérdidas que pueda sufrir su emporio. Pero tendría que hacer un rápido viro.
“El rumbo que ha tomado es muy perjudicial para sus negocios”, comentó Scott Galloway, profesor de márketing de la New York University. “Hoy por hoy sus productos van dirigidos a los ricos, que en forma desproporcionada no ven con buenos ojos sus actividades” actuales.
Trump niega que su campaña haya afectado el atractivo de las cinco letras de su nombre y que, por el contrario, asegura que le ha añadido lustre. “La marca Trump sigue siendo increíblemente fuerte y tenemos mucho éxito en una serie de emprendimientos”, afirmó Amanda Miller, vicepresidenta de márketing de la Organización Trump, en un comunicado.
Ejemplos del daño a sus negocios
Eso no está tan claro. El nuevo hotel de Trump en Washington, que el propio magnate dice es “el mejor” de la capital, no parece haber tenido un muy buen despegue.
Hay habitaciones de 505 o 555 dólares la noche disponibles cualquier día de la semana del 14 de noviembre, según el portal del hotel. En contraste, cinco hoteles de lujo cobraban más –a veces cientos de dólares más– o no tenían habitaciones. El Saint Regis, por ejemplo, solo tenía habitaciones de 975 dólares el lunes y el martes. El Four Seasons de Georgetown no tenía habitaciones disponibles a ningún precio en esos días, y el Jefferson Hotel no tenía cupos tampoco el miércoles.
Las tarifas del hotel han ido cayendo. Hacia fines de la semana pasada, habían bajado un 10% o más.
El director administrativo del nuevo hotel de Trump, que el magnate inaugurará formalmente el miércoles, dice que no es cierto que el hotel tenga problemas.
“Tengo diez años de experiencia con los hoteles de Trump y puedo decir que la inauguración del Trump International Hotel, Washington, D.C., ha sido la más exitosa en cuando a reservas y al interés generado entre distintos grupos y eventos grandes”, expresó Mickael Damelincourt en un comunicado. “El edificio en sí es una institución, y hemos creado un hotel de clase mundial con la sala de bailes de lujo más grande de Washington”.
Molestos con su actitud
Algunos clientes se sienten claramente desencantados con los comentarios denigrantes de Trump sobre las mujeres y los inmigrantes, y el malestar trasciende el mundo de los hoteles.
Una mujer molesta con los comentarios de Trump y con el hecho de que su hija Ivanka siga apoyándolo, creó el hashtag “GrabYourWallet” (tomesubilletera) en Twitter, desde el cual exhorta a boicotear la Colección Ivanka Trump, que incluye carteras, zapatos, joyas y ropa. El lunes tan solo fue visto más de medio millón de veces.
Algunas organizaciones caritativas, entre ellas la Susan G. Komen Foundation, analizan la posibilidad de suspender eventos que tenían programados en propiedades de Trump y la Asociación de Golf de Estados Unidos enfrenta presiones para que no realice el Abierto de Estados Unidos de Mujeres en un campo de Trump, aunque todavía no se ha tomado una decisión definitiva.
Es difícil estimar qué tanto puede perjudicar la imagen de Trump sus negocios hoteleros y de eventos. Muchos de los hoteles y residencias Trump no son propiedad del magnate, sino de inversionistas que pagan por usar su nombre, quienes podrían decidir cambiar de nombre.
Esa es una posibilidad real en el Trump Place de Manhattan. Una solicitud de que se cambie el nombre ya ha reunido 328 firmas en pocos días. Incluida la de Marjorie Jacobs, quien dice que se ha cambiado el uniforme de los porteros y otro personal para que no tengan el logo de Trump.
“Es repugnante y la gente se avergüenza de decir dónde vive”, afirmó.
“La imagen de la marca (Trump) está siendo afectada”, aseguró Robert Passikoff, presidente de Brand Keys, firma de investigaciones que hizo una encuesta entere 1.536 votantes registrados. “La marca tenía una imagen asociada con un estilo de vida sofisticado, pero esa noción está siendo reconsiderada”.
Menos visitas
Foursquare, que estudia las visitas que hace la gente en sus teléfonos de usos múltiples, dice que ha mermado el tráfico en las empresas que llevan el nombre de Trump desde que lanzó su candidatura a la presidencia en junio del 2015. Ese tráfico había bajado un 19% en septiembre, comparado con el 2014, antes de que Trump anunciase su candidatura.
El director ejecutivo de los Hoteles Trump Eric Dazinger dijo en un comunicado que la información de Foursquare fue “manipulada” y es “irrelevante”. “No ofrece una representación adecuada de nuestro desempeño”, sostuvo.
No toda la información disponible revela un deterioro. Varias empresas grandes se desvincularon de Trump en julio del 2015, luego de que hiciese comentarios denigrantes sobre los inmigrantes mexicanos, pero no ha habido éxodos masivos desde entonces.
El portal de viviendas Streeteasy comparó los precios de los condominios Trump en 16 edificios de Manhattan con los de otros edificios similares y concluyó que no han sido afectados. De hecho, las ventas aumentaron un 6,5% en agosto respecto al año pasado, al tiempo que bajaron entre otros edificios.
De todos modos, hay indicios de que la base de Trump está cambiando, pasando de sectores ricos a sectores de clase media.
“Se ha malquistado con la clase alta”, expresó Will Johnson, analista de BAV Consulting, que estudia la imagen de 3.500 marcas. Agregó que la marca Trump “se derrumbó” entre los hogares con ingresos de más de 100.000 dólares al año. “Ha bajado en casi todas las mediciones que hacemos. Está abajo en confianza y arriba en arrogancia”.
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Por MAE ANDERSON y BERNARD CONDON