La junta militar de Birmania ha insistido en que lo ocurrido el 1 de febrero “no fue un golpe” y ha instado a la ciudadanía a “no dejarse llevar por las emociones”, dentro de una nueva jornada de protestas que ha tenido entre sus epicentros las inmediaciones de la Embajada de Estados Unidos.
El portavoz de la junta, Zaw Min Tun, ha esgrimido que las Fuerzas Armadas tomaron el poder y echaron a la Liga Nacional para la Democracia de Aung San Suu Kyi para hacer respetar la Constitución de 2008 y ha defendido las medidas adoptadas en estas últimas semanas, tanto para contener la pandemia de COVID-19 como para atraer la inversión extranjera.
“Para garantizar la democracia y la prosperidad, la población debería cooperar con nosotros sin dejarse llevar por las emociones”, ha dicho Zaw en la primera rueda de prensa tras el golpe. El portavoz ha defendido que el plan sigue siendo convocar elecciones y ha prometido que las autoridades “intentan todo lo posible no ser violentas”, según la agencia Bloomberg.
Las imágenes de represión contra manifestantes, incluso con el uso de fuego real, han generado recelo entre gobiernos extranjeros y organizaciones internacionales. El portavoz del secretario general de la ONU, António Guterres, ha avisado al Ejército de “graves consecuencias” ante “cualquier respuesta de mano dura” a las protestas.
Zaw Min Tun ha asumido como inevitables las sanciones, impuestas ya por Estados Unidos, pero les ha restado importancia, alegando que ya en el pasado Birmania ha salido adelante pese al aislamiento internacional. “Nos aseguraremos de tener buenas relaciones con la ONU y todos los países”, ha señalado.
El portavoz ha evitado confirmar si una manifestante herida la semana pasada en Naipidó recibió un impacto de bala en la cabeza, como han acreditado testigos citados por medios locales y Amnistía Internacional. Así, ha sembrado la duda sobre el comportamiento de la herida: “Daremos toda la información de lo que la joven hizo a la Policía”.
SIGUEN LAS PROTESTAS
El régimen ha mantenido bloqueado el servicio de Internet por segunda noche consecutiva, en un intento por entorpecer la convocatoria de las comunicaciones, y ha endurecido la ley de telecomunicaciones para castigar con penas más duras a quienes desarrollen un actividad ilegal en el ciberespacio.
Los medios locales han dado cuenta de nuevas movilizaciones en distintas ciudades y, en el caso de Rangún, los manifestantes se han concentrado junto a la Embajada de Estados Unidos y el Banco Central, informa la agencia DPA. “Nosotros, el pueblo de Birmania, apoyamos por completo cualquier acción que tomen la ONU y Estados Unidos”, han coreado los asistentes.
Más de 400 personas han sido detenidas desde la asonada militar, entre ellos Suu Kyi, que el miércoles deberá comparecer ante el juez para rendir cuentas por una supuesta violación de la ley relativa a la importación y posesión de aparatos de comunicación. Según el portavoz Zaw Min Tun, la premio Nobel de la Paz tiene “buena salud”.