Dolores Hidalgo, considerada la “cuna” del movimiento insurgente en México, se vistió hoy de fiesta durante la ceremonia del 207 aniversario del grito de Independencia, para recordar una fecha que está grabada en el corazón de esta “ciudad-museo” del centro del país.
La plaza principal de esta localidad se vistió de verde, blanco y rojo, los colores de la bandera nacional mexicana, para recibir a cientos de turistas que se mezclaron con los lugareños en una verbena popular para festejar la gesta heroica iniciada por el cura Miguel Hidalgo la madrugada del 16 de septiembre de 1810.
Con trompetas, vestidos típicos, caras pintadas y hasta pelucas de colores, colombianos, argentinos y españoles hicieron suya la alegría de los mexicanos en el mismo lugar donde Hidalgo llamara a los indígenas a levantarse en contra del yugo de la corona española.
El gobernador del estado de Guanajuato, Miguel Márquez Márquez, encabezó por primera vez esta ceremonia. Como marca la tradición, el mandatario acudió a la casa donde vivió Hidalgo para tomar la bandera que ondeó durante su arenga.
Con un “¡vivan los héroes que nos dieron patria, viva Hidalgo, viva Allende!”, Márquez hizo agitar las cientos de banderas de todos los tamaños que sujetaban los asistentes.
La música del cantautor guanajuatense José Alfredo Jiménez comenzó a sonar de fondo para acompañar los juegos pirotécnicos que dieron inicio con fuegos artificiales que dibujaron en el cielo los rostros de los héroes de la gesta de Independencia.
Aunque desde hace unos años cada gobernante cambia la arenga durante la ceremonia, lo cierto es que las palabras de Hidalgo antes de lanzarse a la lucha llamaban a una “América libre” y a “reconocer la libertad “, explica a Efe César Aguayo, cronista de Dolores Hidalgo.
“Les dijo ¡viva la independencia!, y la multitud respondió al padre Hidalgo ¡viva, viva la libertad, viva nuestra santa religión, viva nuestra América libre y soberana, viva la Virgen de Guadalupe, mueran los gachupines y muera el mal gobierno! Ese es el verdadero grito, el más aproximado a la realidad”, afirma el cronista.
Quienes viven en esta ciudad recuerdan a los héroes nacionales cada año. Sus calles, edificios e historias representan un aprendizaje permanente de cómo se gestó la guerra que dio Independencia a los mexicanos. Esta es una “ciudad museo”, asegura el cronista con cierto orgullo.
A la par de los museos que resguardan piezas históricas, hay decenas de edificios y monumentos que atesoran relatos relacionados con la historia de México.
Además, por aquí han pasado casi todos los presidentes de México, desde Benito Juárez en 1863, hasta Felipe Calderón en 2010. Entre estos nombres también se incluye el del emperador Maximiliano de Habsburgo.
La huella de Hidalgo no solo quedó en el movimiento independentista, sino que además este enseñó a las comunidades indígenas otomíes que vivían en ese momento en el pueblo diversos oficios y la elaboración de artesanías que aún prevalecen, como la Talavera.
“Don Miguel Hidalgo detecta que la tierra es propicia para trabajar la alfarería y la Talavera y es una de las principales industrias de las que sobrevive Dolores Hidalgo”, asegura Aguayo.
Cada 15 de septiembre, decenas de charros llevan a cabo la tradicional cabalgata de la Independencia, un recorrido con casi 35 años de antigüedad que sigue los pasos de Hidalgo y otros de los lideres independentistas.
Año con año la comitiva parte del pueblo de San Felipe hacia Dolores Hidalgo, donde se enciende el fuego de la independencia en honor a la lucha que el cura Hidalgo inició junto a cientos de indígenas, dice a Efe Juan Gerardo Gallardo, presidente nacional de la cabalgata.
“Esta cabalgata es la más grande del mundo, se convirtió en la fiesta nacional porque escenifica la libertad de los mexicanos”, explica Gallardo, quien suele vestirse para la ocasión como el cura y militar José María Morelos, aliado de Hidalgo.
Con símbolos patrios y representando a algunos de los héroes de la historia mexicana, unos 25.000 cabalgantes de todas las edades recorren a caballo más de mil kilómetros por todo el estado de Guanajuato y se detienen en las ciudades que marcaron esta gesta histórica que concluyó en 1821.
En los últimos años esta cabalgata se ha extendido a otras ciudades que son icono del movimiento independentista, como Guadalajara, en el occidental estado de Jalisco, en donde el cura Hidalgo abolió la esclavitud.
Con ello, este movimiento busca además fomentar el amor por México en las nuevas generaciones.
“Nuestro orgullo es sembrar en los niños la semilla de la gratitud de aquellos héroes de la independencia que dieron su vida por la libertad que hoy gozamos y disfrutamos”, concluye Gallardo.
** Por Mariana González