Si les preguntan a Kanye West, al clan Kardashian o a sus amigos, seguramente dirán que el desfile de la cuarta temporada de Yeezy, celebrado en Roosevelt Island como parte de la New York Fashion Week, fue todo un éxito. El cantante y empresario mostró sus nuevas propuestas para Adidas en un show privado en la isla neoyorquina y los invitados tuvieron que esperar a la entrada por un largo retraso y llegaron al lugar en autobuses, desde Manhattan, tardando hasta una hora en recorrer las seis millas de distancia. Sin embargo, las mayores críticas han sido por tener a sus modelos parados durante tanto tiempo para crear una de sus efectistas performances.
Si bien las modelos que desfilaban no sufrieron tanto, los extras que esperaban bajo el sol tuvieron que hacerlo por mas de una hora. Se ha llegado a decir que algunas se estaban ya desmayando, en la escena tan marciana de alquilar una isla entera para que caminen al sol con la voz de la artista italiana Vanessa Beecroft de fondo. Las excentricidades de Kanye West no tienen límite y, mientras cada edición se sigue superando con un desfile más extremo, consigue despistar al público de unas prendas sin ningún valor creativo. De diseñar no sabrá, pero de marketing tienen un master.