COOPERSTOWN, Nueva York – En diciembre del año pasado, Jesse Orosco fue exaltado al Salón de la Fama del Béisbol Latino en La Romana, República Dominicana.
El viernes, Orosco vivió algo del ambiente del Salón de la Fama de Cooperstown, pueblo que se prepara para su gran fin de semana para exaltar a dos nuevos miembros, Ken Griffey Jr. y Mike Piazza. En ocasión de la exaltación de Piazza, quien ingresará con la gorra de los Mets, Orosco-uno de los héroes de la edición del equipo de Queens que ganó la Serie Mundial en 1986-aprovecha para firmarles autógrafos a los tantos fanáticos de los Metropolitanos que han dicho presente en este pueblo del estado de Nueva York.
“Estuve muy emocionado de entrar al Salón de la Fama (del Béisbol Latino)”, dijo Orosco, californiano de ascendencia mexicana. “Fui exaltado junto a cuatro grandes peloteros. Fue un gran evento, una gran experiencia saber que en esto estoy representando a México”.
Orosco ingresó al Salón de la Fama de América Latina junto al dominicano Sammy Sosa, el puertorriqueño Iván Rodríguez, el venezolano Omar Vizquel, el cubano Orlando “El Duque Hernández” y el colombiano Edgar Rentería.
De 59 años, Orosco conserva hasta hoy en día el récord de Grandes Ligas de más presentaciones como lanzador, 1,252, en una carrera de 24 años entre 1979 y el 2003. La imagen más famosa del relevista zurdo fue captada luego del lanzador sacar el último out del Juego 7 de la Serie Mundial de 1986, cuando los Mets derrotaron a los Medias Rojas en uno de los Clásicos de Otoño más emocionantes de la historia. Orosco también cerró la victoria decisiva en entradas extras de Nueva York sobre Houston en el Juego 6 de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional ese año.
Ahora, el autor de 144 juegos salvados en las Mayores ve con buenos ojos el aumento en el reconocimiento del aporte de los ligamayoristas latinoamericanos, desde el Salón en La Romana hasta el venerado Museo de Béisbol en Cooperstown.
“Tuve la oportunidad de ver a todos los peloteros en el museo (del Béisbol Latino), los Marichal, Clemente y demás”, comentó. “Fue emocionante ver cuántos jugadores de primera categoría salen de (América Latina) y ahora ves los tantos de hoy en día.
“Hemos contado con grandes jugadores latinoamericanos en el juego. Es algo grande ver cómo ha evolucionado eso”.
Aunque se crio en los Estados Unidos y sabe hablar poco español, Orosco supo valorar el béisbol latinoamericano desde joven, cuando lanzó tres temporadas con los Tiburones de la Guaira en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional de 1980 a 1983. Al igual que Piazza, quien aprovechó etapas bien importantes de su desarrollo tanto en la República Dominicana como México, Orosco pudo seguir puliéndose y madurando como jugador profesional en esa clase de ambiente.
“Es un paso que los peloteros quieren tomar”, dijo. “Jugué en Venezuela durante tres años y eso me benefició muchísimo. Es importante para cualquier jugador ganar esa experiencia. Mike lo hizo, lo hice yo lo han hecho muchos otros”.