Jennifer Lawrence es mucho más que glamour. La estrella es también corazón, y así lo ha demostrado en la premiere en Los Angeles de su último proyecto cinematográfico, Passengers. Como una auténtica princesa de cuento llegaba a la alfombra roja del estreno, blanca y radiante, enfundada en un precioso vestido strapless de la casa Dior que incluía un corazón bordado en el pecho.
La guapísima actriz, con el pelo recogido, acompañó el diseño de la casa francesa con zapatos de Chrstian Louboutin y joyas de Beladora y Repossi. Junto a ella, mostrando un extraordinario sentido de la moda, con gasa transparente y encajes, llamó la atención también Anna Faris, la esposa de Chris Pratt, quien comparte protagonismo con Jennifer, en la película.
Fue la misma tendencia por la que apostó Rachael Leigh Cook, aunque está prefirió llegar de blanco. El estilo andrógino lo dejaron para la presentadora Rachel Ray, enfundada en un traje negro con pantalón pitillo, y la actriz Jenette McCurdy, en uno rojo, abierto y con un top negro cubriendo los pechos. Era una noche para brillar, aunque iba a ser prácticamente imposible competir con la estrella protagonista.
