Por lo cotidiano, la terrible situación del antiguo imperio de Jean-Jacques Dessalines y del reino de Henri Christopher, hoy República de Haití, ya ni siquiera levanta las cejas ni la curiosidad del conglomerado de naciones.
Solo a la República Dominicana le preocupa lo que sucede en esa ¿Nación?
Cuando en algún país de América hay lloviznas, en Haití hay un huracán.
Cuando hay deslizamientos de tierras en algún territorio de la región, en Haití hay un terremoto.
Cuando en alguna zona hay inundaciones, en Haití hay un diluvio.
Cuando hay gripe en algunas naciones, en Haití hay Covid-19.
Cuando hay Covid-19 en el mundo, en Haití, ¡Dios mío!
El pasado primero de marzo, un ciudadano italiano fue diagnosticado con el primer caso de COVID-19 en territorio dominicano.
Eventualmente, los infectados por ese tipo de coronavirus, comenzaron a regarse por otras zonas.
Esto dio lugar a que, para evitar que la pandemia se extendiera sin control, el gobierno dominicano tomara medidas restrictivas como fueron el toque de queda y la paralización casi total de las actividades económicas.
Entre las más afectadas estaba el turismo y la construcción. Estas dos actividades son las que mayor fuerza de trabajo haitiana concentran.
Por tal razón, los haitianos comenzaron a regresar a su país, pues el motivo que los mantenía en dominicana ya no existía. Y era preferible para ellos ir gastar con su familia el dinerito que se habían ahorrado.
Pero, algunos diarios dominicanos, cuyos dueños, estamos seguros, son descendientes directos de Guacanagarix y las infalibles redes sociales, le dieron una connotación especial a este pequeño éxodo.
Los titulares sensacionalistas no se hicieron esperar:
“Miles de haitianos salen despavoridos hacia su país huyéndole al coronavirus”
Nosotros, vimos exactamente lo contrario y dimos la voz de alarma para que nuestro país se preparara para lo que se nos viene encima.
Ya en Haití, según cifras oficiales de un país sin control de sus ciudadanos, hay 129 casos del letal virus, con 12 muertes y la mortalidad en aumento.
La Organización Mundial de la Salud, a falta de una vacuna, ha dado algunas instrucciones para paliar los efectos de este coronavirus.
A las autoridades: pruebas masivas para detectar infectados lo antes posible. Lugares sanitarios adecuados para confinar los afectados con el virus. Mascarillas, guantes y trajes para el personal médico y paramédico.
¿Tienen las autoridades haitianas las condiciones para cumplir, aunque sea mínimamente con estas recomendaciones? No.
A la población en general, la OMS recomienda: Aislamiento social, mantenerse en sus hogares, higiene, lavarse las manos constantemente y si hay la imperiosa necesidad de salir a las calles, no hacerlo sin la protección de, por lo menos, mascarillas.
¿Tiene el pueblo haitiano la más mínima oportunidad de cumplir con, al menos, una de estas recomendaciones? No.
Las mismas autoridades haitianas temen lo peor, pues si en condiciones normales, las grandes potencias no se han preocupado por las angustiantes calamidades de este país, mucho menos lo van a hacer ahora, cuando ellos tienen sus propios y graves problemas. Tratando de sobrevivir a la pandemia del COVID-19.
En Haití ya aparecieron los primeros casos con su secuela de muertes, por esta razón, en República Dominicana, el problema de este coronavirus, desgraciadamente, apenas comienza.
Carlos McCoy
CarlosMcCoyGuzman@gmail.com