En estos tiempos de la inteligencia artificial donde un sistema de computadoras puede almacenar datos y aprender de ellos por su cuenta para asistir al ser humano en sus decisiones es imperativo usarlo para resolver el grave problema del sistema de educación actual de Puerto Rico donde por décadas los estudiantes han fracasado en las pruebas de lectura, matemáticas y ciencias.
Ya llegó el momento de pensar en el futuro y de como hay que preparar a nuestros niños y jóvenes en la nueva era
de la inteligencia artificial. Esta nueva era no depende de que un ser humano pueda decidir arbitrariamente para tomar decisiones de inmediato que vayan a favor de la educación de los niños sin retraso por papeleo auto creado por décadas para justificar posiciones y departamentos de burocracia innecesaria.
Todo el dinero disponible para enseñar y aprender debe ser colocado en los planteles escolares, pero no para aumentar la plantilla de funcionarios que no son educadores en la escuela y no tienen que ver nada con la enseñanza directa del niño. Todo el personal de
apoyo debe ser colocado fuera de la escuela y el dinero para pagarlo debe ser de otras agencias de servicios sociales, pero no del presupuesto de educación.
Por ejemplo, con el uso de la inteligencia artificial, se puede crear y usar los sistemas de asistencia del estudiante y del maestro con solo el uso de una tarjeta de identificación con un chip la cual puede escanearse a la entrada y la salida de la escuela. Esto
le daría mas tiempo para la enseñanza a los maestros. Todo, y repetimos, todo trabajo y puesto administrativo impuesto por la burocracia administrativa que existe hoy en día debe ser eliminada de inmediato porque ya no se justifica. El maestro no debe usar su tiempo de la academia para hacer ningún trabajo administrativo ni de informes administrativos porque esto interfiere con el tiempo de enseñanza y aprendizaje. Todo eso es trabajo mecánico que lo puede hacer un sistema de inteligencia artificial diseñado localmente e integrado en una base de datos universal.
Se necesita de forma urgente la creación de una base de datos universal en el sistema de educación publica de Puerto Rico. La base de datos debe ser los requeridos por ley estatal y federal. Una vez establecido el sistema, se cierran las oficinas y departamentos que duplican el trabajo y gastan el dinero en reuniones y procesos que solo le quitan el tiempo y dinero al sistema educativo.
Ya no se puede justificar los cientos de funcionarios administrativos, auxiliares, directores de programas, sub directores, coordinadores, especialistas, asistentes, sub secretarios y otros que no aportan a la educación del niño de forma directa. Llego el momento de declarar una emergencia de país donde el propósito sea cerrar la oficina central y las regiones educativas de educación de Puerto Rico.
Por décadas el departamento de educación de Puerto Rico ha sido un centro de empleo para políticos y sus familiares mas cercanos. También ha sido un centro de empleo para los contratistas que aportan a las campañas políticas del partido en el poder. Esa practica
criminal debe ser eliminada y solo hay que dejar los planteles escolares con los niños, maestros y directores escolares que enseñen una clase diaria y que se dediquen a la academia. El propósito del sistema educativo de un país debe ser educar. De la única manera que eso va a suceder es usando inteligencia artificial, automatizando las funciones administrativas y creando una base de datos universal con toda la información requerida por ley. La Junta de Control Fiscal y el Departamento de educación Federal debe exigirle al Gobierno de Puerto Rico que cierre las oficinas centrales y las regiones de inmediato. No se le debe asignar dinero de educación para gastarlo en burocracia inservible.
Los empleados de la burocracia con permanencia se pueden mover a otras agencias que los necesiten y que cualifiquen para el puesto. Si no hay un buen sistema educativo, no habrá desarrollo económico. Solo de esta manera se podrá ver una mejoría en el aprendizaje de los niños de la escuela pública de Puerto Rico.