El Comité Judicial del Senado de Estados Unidos ha presentado este jueves un nuevo informe en el que detalla las presiones que el expresidente Donald Trump ejerció sobre el Departamento de Justicia para anular los resultados de las presidenciales de noviembre de 2020.
El informe, de 400 páginas y basado en las declaraciones de tres antiguos altos funcionarios del Departamento de Justicia, detalla cómo el expresidente Trump pretendía remplazar al fiscal general interino Jeffrey Rosen por su hombre de confianza Jeffrey Clark, con quien había ideado una estrategia para intervenir en los resultados del estado de Georgia.
Sin embargo, la idea fue rechazada por los principales funcionarios de esta oficina, así como por los abogados de la Casa Blanca, quienes le hicieron saber en enero a Donald Trump que dimitirían en bloque si seguía adelante con su intento de sustituir Rosen.
“Una cosa que sabemos es que usted, Rosen, no va a hacer nada para revertir el resultado de las elecciones”, cuenta el por entonces fiscal general interino que le espetó el expresidente Trump durante una reunión con otros altos funcionaros celebrada el pasado 3 de enero en el Despacho Oval.
En ese encuentro, señala el informe, también estuvo presente el que era fiscal general adjunto, Richard Donoghue, quien asegura que durante toda la reunión, Trump insistió en colocar a Clark al frente del Departamento de Justicia.
Tanto es así que Donoghue y el por entonces asistente del fiscal general, Steven Engel, le hicieron saber que si continuaba por ese camino, todos los asistentes y colaboradores de Rosen dimitirían.
“Donoghue añadió que probablemente estas dimisiones no terminarían ahí, y que otros fiscales estadounidenses y varios funcionarios del Departamento de Justicia también podrían presentar sus renuncias”, se lee el informe, referido por la NBC.
Esta iniciativa de dimitir en bloque no fue solo secundada por los trabajadores del Departamento de Justicia, sino también por los principales abogados de la Casa Blanca, Pat Cipollone, quien calificó estas pretensiones de Trump como un “suicidio”, y Patrick Philbin. Ambos aseguraron que también dejarían sus puestos.
Una vez finalizada la reunión, y según este informe, Donoghue cuenta que Trump siguió intentando sacar adelante su plan y que le llamó para asegurarle que “un agente especial del Departamento de Seguridad custodiaba una camioneta llena de papeletas destrozadas a las afueras de Atlanta”, una afirmación que posteriormente esa misma oficina, el FBI y la Fiscalía, determinaron que era falsa.
Tres días más tarde, Trump celebró un mitín a las puertas de la Casa Blanca en donde insistió en estas teorías infundadas de fraude electoral y defendió la necesidad de interrumpir el recuento de los votos electorales que en ese momento estaba teniendo lugar en un Capitolio, que horas después fue arrasado por su turba de incondicionales, dejando varios muertos por el camino.
Este es el segundo informe, y el más detallado, que el Congreso de Estados Unidos publica sobre lo ocurrido los días previos al asalto del Capitolio del 6 de enero, después del que lanzó en junio el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, que también ha conformado una comisión especial para investigar y depurar responsabilidades por lo ocurrido.