El influyente senador republicano Bob Corker anunció hoy, inesperadamente, que no se presentará a la reelección para su escaño en las elecciones legislativas del próximo año.
“Después de mucha reflexión, consideración y discusión familiar durante el año pasado, Elizabeth y yo hemos decidido que dejaré el Senado de Estados Unidos cuando mi mandato expire a finales de 2018”, dijo Corker en un comunicado, al mencionar a su esposa.
Corker, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, es el primer senador del actual Congreso en anunciar que se retira.
Aunque no citó directamente al presidente, Donald Trump, Corker ha sido uno de los legisladores republicanos más beligerantes en su crítica al magnate y dio a entender que los retos derivados de su Administración acentuarán su labor en los meses que le quedan en el Legislativo.
“También creo que el servicio público más importante que tengo para ofrecer a nuestro país podría ocurrir durante los próximos 15 meses y quiero poder hacerlo de manera cuidadosa e independiente, como lo hice los primeros diez años y nueve meses de mi carrera en el Senado”, agregó el senador.
Hace poco más de un mes, tuvo duras palabras para el multimillonario tras sus polémicos comentarios sobre los episodios de violencia racista protagonizados en Charlottesville (Virginia), en los que falleció una mujer de 32 años al ser atropellada presuntamente por un neonazi mientras participaba en una manifestación antirracista.
“El presidente aún no ha podido mostrar la estabilidad, ni parte de la competencia que necesita demostrar para tener éxito. Y nuestra nación y nuestro mundo necesitan que tenga éxito, sea republicano o demócrata”, dijo entonces Corker tras un acto en el estado que representa, Tennessee.
La reacción del presidente a las tensiones raciales levantó una fuerte polémica después de que culpara “a las dos partes” de lo sucedido.
La decisión de Corker de abandonar el Senado desencadenará, sin duda, una lucha para sucederle entre los republicanos de Tennessee, abriendo también las posibilidades de los demócratas para arrebatar el asiento a los conservadores en las legislativas.
Todos los ojos estarán puestos en su posible sustituto, especialmente en si se trata de un candidato republicano afín al aparato del partido, o de un “outsider” más radical apelando a las bases más duras.