Un cambio en la dirección del viento ha arrastrado hacia el oeste la inmensa nube de humo producida por los incendios sin precedentes que han asolado los estados de California y Oregón
El satélite Suomi NPP de NOAA / NASA capturó imágenes que muestran los vientos cambiando de dirección el 6 de septiembre de 2020 cuando asfixiantes nubes de humo marrón comenzaron a ondear y caer en cascada hacia el Océano Pacífico.
Para el 10 de septiembre, la nube de humo había viajado más de 2.000 kilómetros. El área cubierta de humo suma 1.550.000 kilómetros cuadrados, tres veces España. Esa estimación se ha calculado utilizando la herramienta de medición dentro de la aplicación NASA Worldview.
Alrededor de 1,25 millones de hectáreas se han quemado este año solo en California, lo que representa un aumento de un total de un millón más en el periodo que alcanza al miércoles 9 de septiembre. Además, se han perdido 325.000 hectáreas en Oregon y 200.000 en el estado de Washington. Los vientos que soplan a través del oeste han estado avivando los incendios y ayudando a propagarlos rápidamente, como se evidencia en el crecimiento de más de dos millones de hectáreas en menos de dos días. Este año ha habido 12 muertes relacionadas con incendios forestales.
Los récords se han roto durante esta temporada de incendios y los expertos continúan culpando a la sequía, el calor excesivo y los fuertes vientos de esta tragedia. Debido a que el clima continúa cambiando, los científicos también creen que este tipo de eventos de incendios no solo continuarán sino que empeorarán.
Citado por la NASA, el meteorólogo predictivo del Centro Nacional Interagencial de Bomberos, Nick Nausler, tuiteó: “Varios incendios recorrieron más de 35 kilómetros en 24 horas durante los últimos días en California, Oregón y Washington. Esta velocidad puede no ser tan rara en incendios en pastizales. Sin embargo, la mayoría de estos incendios están produciendo grandes descargas de madera y quemando miles de hectáreas y, en algunos casos, más de 10.000 hectáreas en un día. La gran cantidad de fuego en el paisaje es surrealista”.