La ola de frío que tiene a medio Estados Unidos tiritando es una ayuda en la ardua lucha contra especies animales invasoras que, como las iguanas verdes y las pitones birmanas, llegaron a Florida como mascotas y hoy son una plaga.
Los medios de ciudades del sur de Florida como Miami, Fort Lauderdale, Tampa y Palm Beach recogen estos últimos días fotos y vídeos de vecinos que han encontrado iguanas congeladas en su jardín o su piscina y otros a los que literalmente les ha caído encima desde un árbol uno de estos reptiles en estado de congelación.
Tanto las iguanas verdes, que están por todos lados, como las pitones de Birmania, que tienen su feudo en el amenazado humedal de los Everglades, la mayor reserva natural de Florida, sufren cuando la temperatura cae por debajo de los 40 grados Fahrenheit (4,4 grados Celsius), como ocurre estos días, y pueden hasta morir.
Hace unas semanas, los mismos medios se hacían eco de los daños que causan las iguanas verdes descendientes de las que llegaron a Florida hace décadas como mascotas.
Algunos también publicaban consejos para deshacerse de ellas dados por expertos que viven de eso.
Gran receptora de turistas, Florida es también acogedora y hospitalaria con los animales, como demuestran las más de 500 especies de mamíferos, aves, reptiles, peces, anfibios e insectos no nativos que viven en la naturaleza en este estado, según el organismo público encargado de la fauna y su conservación (FWC).
Sin embargo, ante la proliferación de algunos de esos animales y los daños que causan a especies nativas, las autoridades han tenido que poner en marcha planes para eliminarlos.
En el caso de las pitones birmanas, el plan más eficaz parece ser el de autorizar a cazadores a entrar en los Everglades y matarlas. Por cada ejemplar muerto se les paga una cantidad y, si es una hembra con huevos, la cantidad es mayor.
En 2010, cuando otra ola de frío llegó hasta Florida, en el enorme humedal aparecieron pitones muertas, algo que si llega a ocurrir ahora pocos lamentarán, aunque incluso estas voraces depredadoras tienen sus defensores.
La organización Gente para un tratamiento ético de los animales, conocida como PETA por sus siglas en inglés, envió recientemente una carta a las autoridades del organismo que controla el agua en el Sur de Florida (SFWMD) y de la Comisión de Conservación de la Fauna (FWC) para pedir que investiguen si los cazadores de pitones están violando las normas que prohíben la crueldad contra los animales.
“Disparar a las sensibles serpientes varias veces y causarles heridas abiertas es un sufrimiento enorme e innecesario”, dice el vicepresidente ejecutivo de PETA, Tracy Reiman.
SFWMD puso en marcha en 2017 un programa de control de la población de pitones en los Everglades en el que participaron 25 cazadores que en nueve meses acabaron con la vida de más de 700 reptiles en los condados de Collier, Broward y Miami-Dade.
Dusty “Wildman” Crum, uno de los cazadores, definió estas batidas como “necesarias desde el punto de vista del medio ambiente”, pues la población de mamíferos en los Everglades está desapareciendo a un ritmo alarmante a causa de un “depredador que se reproduce muy rápidamente y consume todo lo que encuentra en su camino”.
Como la iguana verde, proveniente de Centro y Sudamérica, las pitones de Birmania llegaron aquí debido a la afición de los floridanos por las mascotas exóticas.
Ejemplares cautivos que escaparon de terrarios, jaulas o peceras o fueron dejados libres por sus dueños de manera irresponsable se acomodaron a la naturaleza del sur de Florida.
Para evitar que sigan introduciéndose especies no nativas, FWC ha creado las llamadas “Jornadas de amnistía de mascotas exóticas” en las que personas abrumadas por el tamaño que alcanzó el animalito, por no poder controlarlo o por el peligro que supone, lo entregan voluntariamente.
Los animales sanos son dados en adopción a personas estrictamente seleccionadas.
La próxima jornada de amnistía está fijada para el 13 de enero en el zoológico de Naples, una ciudad turística de la costa oeste de Florida.
Sarah K. Lessard, especialista en relaciones públicas de la División de Conservación de Especies y Hábitat de FWC, señala a Efe que aunque es ilegal soltar especies no nativas en la naturaleza, en Florida esa es la “fuente primaria” de introducción.
En cada amnistía la gente entrega, sobre todo, tortugas de orejas rojas o tortugas de panza amarilla, iguanas verdes, pitones reales y boas, tortugas de espolones africanas y los pequeños marsupiales australianos conocidos como “planeadores del azúcar” (sugar gliders).
Tampoco faltan los pájaros de pequeño tamaño, los loros, las pitones birmanas y los lagartos “pogona” de Australia, dice Lesaard. efe