El Gobierno de Donald Trump arrebató la protección del Estatus de Protección Temporal (TPS) a 55.000 hondureños que viven en el país y les dio hasta enero de 2020 para regresar a su país o buscar el modo de regularizar su situación migratoria.
En un comunicado, el Departamento de Seguridad Nacional, anunció el fin del TPS que permitía a miles de hondureños residir y trabajar en Estados Unidos, aunque la suspensión no se hará efectiva hasta dentro de 18 meses, el 5 de enero de 2020, para favorecer una “transición ordenada”.
El entonces presidente Bill Clinton (1993-2001) otorgó en 1999 el TPS a los hondureños que ya estaban en Estados Unidos debido a la destrucción causada por el huracán Mitch.
El Departamento de Seguridad Nacional ha decidido acabar con el TPS para Honduras después de haber evaluado las condiciones sobre el terreno y haber concluido que existe una “notable” mejora en las circunstancias que provocaron su designación, la devastación del huracán Mitch, y, por tanto, debe acabar con ese permiso.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, ha determinado que la “interrupción de las condiciones de vida en Honduras por el huracán Mitch que sirvió de base para su designación del TPS ha disminuido a tal grado que ya no debería ser considerado sustancial”, explicó el Gobierno en su comunicado.
“Tal y como lo exige el estatuto aplicable, la designación actual de TPS debe finalizar”, concluye el Ejecutivo.
El Gobierno aseguró que ha hecho un “progreso sustancial en la recuperación posterior al huracán”, pero no detalló a qué tipo de mejoras estaba haciendo referencia.
Honduras continúa siendo uno de los países más violentos del mundo y está sumido en la inestabilidad política desde las elecciones del año pasado, en las que Juan Orlando Hernández ganó el reconocimiento de EE.UU. como presidente electo, aunque la misión de observación electoral de la OEA determinó que no se podía reconocer a ningún vencedor por las irregularidades del proceso.
El Gobierno de Hernández, aliado de Washington, consiguió el pasado noviembre que Estados Unidos no acabara con el TPS, como ocurrió con Nicaragua, y lo extendiera hasta el 5 de julio.
De esa forma, EE.UU. debía comunicar su decisión sobre el futuro del TPS para Honduras 60 días antes de que expirase, por lo que la fecha límite para ese anuncio era mañana 5 de mayo.
El TPS no abre ninguna vía para la residencia permanente ni ningún otro estatus de regulación migratoria, de manera que la decisión del Gobierno obliga a sus beneficiarios a volver a Honduras, buscar otras vías de residencia o convertirse en indocumentados, lo que abre la vía para su deportación.
Para continuar protegidos por el TPS hasta su eliminación en 2020, los hondureños tendrán que renovar en los próximos meses los permisos que les permiten vivir y trabajar en Estados Unidos, aunque el plazo para ello aún no se ha abierto, según detalló hoy el Departamento de Seguridad Nacional.
El Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS, por sus siglas en inglés) calcula que, en total, unos 86.000 hondureños se beneficiaron del programa desde su inicio en 1999, aunque el Gobierno hondureño estima que, actualmente, 55.000 personas siguen amparadas por ese permiso.
El TPS es un programa migratorio creado en 1990 con el que EE.UU. concede permisos de forma extraordinaria a los nacionales de países afectados por conflictos bélicos o desastres naturales.
Durante décadas, Estados Unidos renovó de manera automática por periodos de 18 meses el TPS, pero Trump ha decidido acabar con esos permisos, argumentado que son temporales y le corresponde al Congreso aprobar una ley para regularizar la situación de sus beneficiarios.
En los últimos seis meses, la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, ha acabado con el TPS para 195.000 salvadoreños, 50.000 haitianos y 9.000 nepalíes, grupos a los que ha dado entre 12 y 18 meses para que regresen a su país o preparen alguna forma para cambiar su estatus migratorio.
El único país que ha logrado una extensión del TPS es Siria, debido a la persistencia del conflicto armado.
Con 55.000 beneficiarios, Honduras es el segundo país con más amparados por el TPS, por debajo de El Salvador, y más de la mitad (63 %) han vivido en Estados Unidos durante al menos 20 años, según un informe del Centro para los Estudios sobre la Migración, un centro de pensamiento no partidista.
En ese tiempo, los “tepesianos” de Honduras han tenido 53.500 hijos que tienen la ciudadanía estadounidense, según datos del mismo centro de pensamiento. efe