La selección de Estados Unidos volvió a coronarse campeona de la Copa Oro al conseguir el sexto título, en las 14 ediciones que se llevan disputadas, y recuperó la supremacía dentro de la región de la Concacaf.
El gran derrotado fue México que, con siete títulos de Copa Oro, no pudo mantener su condición de líder en el fútbol de la Concacaf, y por el contrario, la eliminación en semifinales ante Jamaica (0-1) -la selección que puso la emoción-, ha dejado a la Tricolor inmersa en una grave crisis de identidad futbolística.
Cierto que la victoria por 2-1 ante Jamaica en la final no fue nada espectacular, por el contrario, con la excepción de los dos goles que marcaron, el primero Jozy Altidore, de tiro libre (m.45), y el segundo y decisivo a los 89, de Jordan Morris, el fútbol de Estados Unidos volvió a ser “básico”, de cumplir con los fundamentos de deporte rey, pero muy práctico.
Esa es la escuela del veterano entrenador Bruce Arena, de vuelta en la segunda etapa al frente de la selección, y con la que a recuperado la disciplina en el campo, aprovechar al máximo las cualidades de cada jugador.
Eso fue lo que sucedió durante los 20 días que duró el torneo, que utilizó 13 ciudades como sedes a través de todo el país, además de jugar en 14 estadios, una programación que todos los entrenadores de las 12 selecciones que participaron calificaron de “perjudicial” para los jugadores y sobre todo para el fútbol.
Estados Unidos, que se decidió por jugadores de la Liga Profesional de Fútbol (MLS) que se encuentran en plena competición, fue el que menos se vio afectado por la dureza de la programación del torneo porque los jugadores están más acostumbrados y en mejor forma física.
Además contó, a partir de los cuartos de final, con los veteranos Tim Howard, Jozy Altidore, Michael Bradley y Clint Dempsey que a la postre marcaron la diferencia.
De hecho, Bradley, el cerebro en la dirección del juego de Estados Unidos, acabó el torneo como ganador del Balón de Oro.
Pero el torneo está diseñado para que Estados Unidos, que cumplió con las expectativas, y México, que falló, lleguen a la gran final, y de esta manera llenar un año más las arcas de la Concacaf, que tiene a la Copa Oro como el torneo emblemático en la competición de selecciones y con el que además logran beneficios económicos que le ayudan a promocionar el deporte a través de toda la región.
La eliminación de México, no sólo impidió que los ingresos económicos para la Concacaf fuesen superiores, sino que dejó aun más devaluado el nivel futbolístico de un torneo largo y monótono.
México no jugó su mejor fútbol, pero tampoco fue inferior a Jamaica, su verdugo en la semifinal, la diferencia estuvo en el gol espectacular que marcó el defensa Kemar Lawrence en la recta final del partido, y en la actuación antológica del arquero Andre Blake, Guante de Oro del torneo, que salvó a los caribeños.
Lo mismo le sucedió a Costa Rica, que hizo mejor fútbol individual y de conjunto que Estados Unidos, pero Howard evitó dos goles que tuvo en las botas el delantero Marco Ureña, mientras que Altidore y Dempsey anotaron los de la victoria.
De ahí que Jamaica, que jugó su segunda final consecutiva, en la del 2015 había sido el verdugo de Estados Unidos en semifinales (2-1), surgiese como el equipo que puso emoción y tuvo la libertad de jugar sin presión, aunque ello no le bastó para lograr lo que hubiese sido su primer título en la Copa Oro.
Un torneo que dejó las notas positivas de ver en el joven delantero de Canadá, Alphonso Davies, de 16 años, a la promesa que puede ser el futuro líder dentro del equipo, después de marcar tres goles y recibir el premio del Botín de Oro.
Mientras que la debutante selección de Curazao sorprendió con el mejor fútbol del torneo, en los 15 primeros minutos de la segunda parte del partido del grupo C, que perdió por 0-2 ante México.
Por su parte, el presidente de la Concacaf, el canadiense Victor Montagliani, adelantó como gran novedad para la próxima edición de la Copa Oro que en lugar de las 12 selecciones que participaron en la de este año, se va a pedir que haya 16 para dar más oportunidades de adquirir experiencia a equipos con menor potencial futbolístico de la región.