El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, iniciará el 10 de enero un nuevo mandato que, en palabras de su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, llega después de haber “vencido al demonio”, en alusión al supuesto “conflicto” que el Gobierno le atribuye a la oposición interna.
Ortega fue reelegido el 7 de noviembre, en unas elecciones marcadas por la ausencia de rivales de entidad tras el encarcelamiento de decenas de opositores, entre ellos varios precandidatos a la Presidencia. El sandinismo también amplió su control en la Asamblea Nacional.
Los nuevos diputados tomarán posesión el domingo, mientras que el acto de Ortega está previsto para el lunes, con una serie de actos que incluirán un simbólico evento en la céntrica Plaza de la Revolución de Managua. “Ahí estaremos levantando todos con orgullo por que hemos vencido la maldad, el odio”, ha afirmado Murillo, según Radio Nicaragua.
“Todos sabemos cómo se manifestó el demonio en aquellos días aciagos”, ha proseguido la vicepresidenta, que ha reivindicado el “orgullo de ser nicaragüenses” y la defensa de “la dignidad y la soberanía nacional”. “Estamos listos para asumir todos juntos, para ir adelante todos juntos, (en) este nuevo periodo”, ha señalado.
El nuevo periodo marcará la vida política de Nicaragua en principio hasta 2026, sin que por ahora Ortega haya dado muestra de realizar concesión alguna a quienes le critican, ni desde dentro ni desde fuera del país centroamericano. La Organización de Estados Americanos (OEA) cuestionó la legitimidad del último proceso electoral, así como la Unión Europea y España.