En charlas o talleres de manejo defensivo que ofrecía y aprendí en la B.V.T.T (Brigada voluntaria de tránsito terrestre) se colocaba un ejemplo: ¿Quién llega primero y vivo conduciendo un automóvil desde Barquisimeto a Acarigua: un anciano con experiencia en la vía, pero con problemas visuales, un carro defectuoso en frenos, limpiaparabrisas de un solo lado, alguno de los cauchos lisos y un faro malo o un joven de 18 años con un Camaro de último modelo, con brios de ser un gran corredor, que no tiene experiencia en carretera y que tomo algo de alcohol antes del viaje? En ambos casos el ambiente es de noche y puede llover. La respuesta se las dejo a su interpretación……..
Este ejemplo lo coloco a propósito de la ruta que el pueblo chavista o no chavista y el opositor (no los politiqueros, los partidos, ni la MUD o los fanáticos de PSUV) deben elegir y que mecanismos deben tomar para escoger el mejor camino para llegar a un cambio lo más pronto posible por lo que puede suceder sino se da el revocatorio este año. El panorama de conflictos y sin ningún diálogo a la vista es sumamente tenebroso. Creo que no exagero por lo que he visto y oído en las últimos días.
Debemos llegar a un sitio seguro pero vivos, porque en el ejemplo del anciano o el joven, nos puede hacer pensar que alguno de los dos no llego a su destino final.
Ya la unión debe ser de todos y con mucha inclusión de estudiantes, transportistas, iglesias, comerciantes, gremios y sociedad civil, porque un pueblo manso se molesta cuando lo engañan, le mienten o se burlan de el.
No se puede depender solo de las decisiones cruciales de un partido, de un grupo de prepotentes o bandidos que nos dirigen o gobiernan. Una cosa es planificación y orientación en una ruta a seguir para un cambio y otra es seguir un camino sin salida o con abismos y más con obstáculos en varios puntos del camino y todo el tiempo.
No debemos montarnos ni acompañar a nadie sin claridad de pensamiento en vehículos mal equipados si queremos llegar a nuestro destino de conseguir un cambio verdadero en esta sociedad de hambre y pobreza.
Gran cantidad de ciudadanos están molestos y tristes; todos piensan en su familia, en los hijos que se quieren ir y no regresar; para muchos el por venir es muy incierto, no hay propaganda política que valga para mejorar esa apreciación. La división se hace cada vez más intensa y esto es malo, malo.
En el camino tenemos que tener los ojos bien abiertos y los demás sentidos al acecho de las trampas, obstáculos y de los bandidos de turno, el ambiente pueda perturbarse con humo picante, candela o agua, debemos frenar a tiempo, ver con claridad en lo que hacemos y por donde vamos, no desesperarnos en la carretera o calles de ese camino y llegar a tiempo, pero sin pausas para hacer lo que hay que hacer.
Recuerden “es tan corto el amor y tan largo el olvido” Neruda, y que Dios nos cuide.
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Rubén Lopera