Un grupo de congresistas de Florida quiere “eliminar o modificar” la ley de defensa personal “Stand Your Ground”, en medio de una polémica por el caso de un hombre que se amparó en esa norma tras haber matado a otro en una discusión por un estacionamiento en julio pasado.
El representante estatal Kionne L. McGhee, demócrata, aseguró que cuenta con el apoyo de “suficientes firmas” cuando esta semana solicitó a las autoridades estatales que convoquen una sesión especial del poder legislativo de Florida para tratar el asunto.
“Stand Your Ground” (literalmente quédate donde estás) permite a una persona que considere que está en riesgo de morir o sufrir daño físico grave el uso de “fuerza mortal” permaneciendo en donde está, es decir, sin necesidad de tratar de huir del peligro.
Michael Drejka se amparó en esta ley después de haber matado a Markeis McGlockton el 19 de julio pasado en un estacionamiento de Clearwater (costa oeste de Florida),
El alguacil del condado Pinellas, Bob Gualtieri, se negó a detener a Drejka, lo que ha motivado protestas en la ciudad de Clearwater para pedir su arresto y la abolición de ley.
Además de las protestas, congresistas federales han pedido al Departamento de Justicia determinar si deben presentarse cargos criminales contra Drejka, cuyo caso está en manos de la fiscalía del condado Pinellas.
Drejka, un hombre blanco de 47 años, ya había sido denunciado en otras tres ocasiones de agresión al manejar y de amenazar con su arma, una de ellas por el mismo estacionamiento por el que murió el afroamericano McGlockton, de 28 años.
Al ver a Drejka discutiendo con su novia, que había estacionado su vehículo en un sitio para conductores discapacitados, McGlockton se acercó y lo empujó, y éste le disparó de inmediato en el pecho desde el suelo.
McGlockton, que alcanzó a caminar herido en presencia de uno de sus hijos (los otros dos estaban dentro del vehículo) y entrar a una tienda, fue llevado a un hospital donde murió más tarde.
Si un afroamericano hubiera disparado a un hombre blanco en las mismas circunstancias, el alguacil Gualtieri “lo hubiera esposado y lo hubiera llevado a la cárcel”, dijo el reverendo afroamericano Al Sharpton, activista nacional por los derechos civiles, durante la visita que realizó esta semana a Clearwater.
Por su parte, el exalcalde de Tallahassee (capital de Florida) Andrew Gillum instó al gobernador Rick Scott a suspender la ley “Stand Your Ground”, porque crea “caos y confusión que puede resultar en la muerte de gente inocente”.
Dicha ley entró en vigor en Florida en 2005 y desde entonces se ha extendido a un total de veinte estados.
La ley incluso fue reforzada en 2017 por el Congreso estatal y ahora insta a la Fiscalía a probar la culpabilidad de aquel que dispare o utilice la fuerza mortal y no a los abogados defensores probar que se actuó en defensa de la vida.
Consultado por Efe, el abogado penalista Jorge Viera dijo que él estaría “más preocupado” si su cliente fuera “un afroamericano que quiere acogerse a ‘Stand Your Ground’ que si fuera uno blanco”.
Viera explicó que antes de 2017 la ley implicaba la necesidad de acudir a la “responsabilidad de retirarse” del peligro, de evitar el problema, antes de defenderse.
A su juicio, ahora los abogados penalistas tienen una “posibilidad más grande de defender al cliente y permitir que se beneficie de la inmunidad”, pero para la Fiscalía, que representa a la víctima, es “más difícil porque ellos tienen que entrar en la cabeza del acusado y decir ‘él no estaba pensando de esta manera'”.
Desde la entrada en vigor de “Stand your Ground”, la tasa de homicidios mensuales con armas de fuego en Florida se incrementó más del 31,6 %, según un estudio reciente del Diario de la Asociación Médica Estadounidense (JAMA).
El caso de McGlockton ha revivido otros en Florida, como el del policía retirado Curtis Reeves, quien en 2014 mató a Chad Oulson en un cine de Weslay Chapel, en el área de la Bahía de Tampa, tras una pelea por el uso de un teléfono móvil.
Abogados señalan que el historial de agresividad de Drejka al volante, puede ser utilizado si es llevado a juicio para resaltar que él estaba frustrado, no temeroso por su vida.
Para Viera, la ley “le da el pensamiento a las personas que lo único que ellos tienen que decir es ‘me sentí amenazado y ahora puedo dispararle a cualquier persona'”.
Sin embargo, dijo que hay que tener en consideración que “las personas no tienen que esperar a que le peguen o le caigan encima para tener que usarla. Eso es el balance de la ley y el problema que vamos a tener para hacer ese balance”.