La sangre helada, miniserie de seis episodios basada en la novela de Ian McGuire y protagonizada por Colin Farrell, se estrenará en Movistar+. La ficción se podrá ver a partir de noviembre y también estará disponible bajo demanda.
La serie sigue los pasos de Patrick Sumner (Jack O’Connell), un joven cirujano aún marcado por los horrores de su experiencia como sargento del ejército británico en la India. Con la idea de esconderse de los fantasmas del pasado, opta por alistarse como médico a bordo del Volunteer, un ballenero a punto de zarpar desde Yorkshire en una expedición a las heladas aguas del Ártico.
Durante la dura travesía, Sumner conoce al arponero oficial del barco, Henry Drax (Colin Farrell), un tipo despiadado y frío que parece haber dejado en tierra todo sentido de la moral. En medio de un entorno hostil, rodeado de hombres en lucha diaria por la supervivencia, el joven e inexperto Sumner pronto se ve atrapado en un funesto viaje bajo la amenaza latente de un sangriento psicópata, sin otra salida que la gélida vastedad del océano.
Creada, dirigida y escrita por Andrew Haigh, el elenco también cuenta con Stephen Graham como el capitán Brownlee al mando del barco; Tom Courtenay como Baxter, el propietario del ballenero; Sam Spruell en el papel de Cavendish, primer oficial de la nave; y Peter Mullan en un papel episódico en el último capítulo.
“Esta es una historia sobre las sombras que existen en el interior del corazón del hombre”, ha dicho Farrell sobre el proyecto. “Drax -el personaje interpretado por Colin Farrell- es más que un villano, es un monstruo”, señaló McGuire.
La producción se ha rodado en la ciudad inglesa de Hull y en el archipiélago helado de Svalbard, ubicado en el Ártico. La unidad de rodaje se desplazó durante tres semanas a 81 grados al norte, hasta el que se considera el punto más septentrional al que nunca antes se había llevado un rodaje. El barco también es una recreación real llevada físicamente al Ártico para rodar. “Sentíamos que estábamos en otro planeta”, afirmó Graham. “Era aterrador y condenadamente frío. Teníamos la sensación de que no debíamos estar allí”, agregó Spruell.