Los disparos se oían apenas a unos metros de distancia y Eddie Justice se escondió en un baño de la discoteca Pulse de Orlando, Florida, escribiendo frenético a su madre para pedir ayuda.
“Llama a la policía”, escribió. “Voy a morir”.
Poco después, volvió a escribir: “Llámalos, mamá. Ahora. Viene”.
Justice, confirmado más tarde como unos de los 49 muertos en el ataque del mes pasado, fue uno de los que escribieron a sus familiares para pedir que llamaran a emergencias, temiendo que una llamada de voz llamara demasiado la atención.
Ninguna de las víctimas pudo enviar mensajes de texto directamente al 911 porque Orlando, como la inmensa mayoría de las ciudades de Estados Unidos, no tiene ese servicio. Pero conforme aumenta la frecuencia de las situaciones de rehenes o con agresores activos, los departamentos de policía barajan herramientas tecnológicas que permitan a los agentes recibir mensajes de texto, fotos y videos en tiempo real.
De los más de 6.000 centros de emergencias en todo el país, poco más de 650 pueden aceptar mensajes de texto, y más de 150 habilitaron los mensajes de texto para el 911 este año, indicó la Comisión Federal de Comunicaciones.
El senador estadounidense Charles Schumer, demócrata por Nueva York, lleva casi un año pidiendo que se habilite esa opción en la ciudad de Nueva York, que lleva casi un año estudiando la posibilidad. Este sistema, señaló, “puede salvar vidas al informar a los empleados del 911 de detalles críticos que pueden orientar” a los servicios que responden a la emergencia.
Sin embargo, los responsables de emergencia insisten en que una llamada de voz es preferible porque su personal puede conseguir detalles más rápido que con los mensajes. La principal preocupación para muchas ciudades, especialmente entre las más grandes, es que el empleo de mensajes de texto cuando no son absolutamente necesarios pueda reducir el tiempo de respuesta y costar vidas. En Los Ángeles, que no tiene mensajes de texto al 911, un responsable policial advirtió el año pasado que los tiempos de respuesta a los mensajes podrían ser del triple que para las llamadas.
Casi todos los ayuntamientos que ofrecen el servicio han intentado concienciar con el lema “Llame si puede, escriba si no puede”.
Además, las autoridades advirtieron que con los mensajes de texto no se envía la ubicación aproximada como con las llamadas. En cambio, instan a la gente a dar a los que llaman a dar una dirección o lugar precisa lo más rápido posible.
Los partidarios de estos sistemas señalan que su utilidad iría más allá de situaciones con rehenes y agresores activos, por ejemplo para casos en que alguien que sufra maltrato de su pareja pueda escribir a la policía a hurtadillas sin que el agresor se dé cuenta.
“Si alguien pudiera hacer una foto o un video rápido mostrando al responsable, eso sería enormemente útil para las fuerzas de seguridad”, dijo Joseph Giacalone, detective retirado de la policía y profesor de justicia penal en el John Jay College of Criminal Justice.
San Bernardino, California, lanzó su servicio de mensajes al 911 en diciembre, unas dos semanas después del que un hombre y su esposa mataran a 14 personas en un tiroteo en una fiesta de fin de año. En New Hampshire, donde el servicio de mensajes está disponible en todo el estado, la gobernadora demócrata Maggie Hassan los describió como “una iniciativa de sentido común que podría ayudar a salvar vidas”.
Otras personas sordas o con problemas de audición han utilizado estos mecanismos para contactar con la policía.
Una mujer sorda de Alpharetta, Georgia, escribió un mensaje a la policía para informar de dos niños encerrados en un auto en el aparcamiento de un centro comercial, y la policía los rescató.
Las autoridades señalan que los mensajes al 911, al igual que las llamadas, se han utilizado de forma incorrecta.
El año pasado, una adolescente escribió al 911 para informar de un falso tiroteo en una escuela secundaria en Marietta, Georgia, indicó la policía, que arrestó a la joven en su casa una hora más tarde.
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Michael Balsamo
