Por Alejandro Moreno |
La figura del púgil mexicano Saúl “Canelo” Álvarez brilla de manera especial estos días al ser uno de los grandes protagonistas de la pelea estelar que el sábado por la noche va a disputar contra el kazako Gennady Golovkin.
Al margen de cual sea el resultado, Álvarez, de 27 años, ya se ha convertido en ganador, al ser la nueva imagen del boxeo mexicano al que admiran sus compatriotas dentro y fuera del país, además de los buenos amantes al deporte.
A pesar que también tiene sus detractores, quienes lo ven como el elegido para que venda mejor esa nueva imagen, que genera ganancias millonarias, el desarrollo y progreso que ha tenido Álvarez a través de su carrera boxística son evidentes, aunque con ciertos interrogantes sin que hayan sido despejados.
Como ha sido el cuidado y la protección de los promotores para que no arriesgará con peleas peligrosas que pudiesen costarse su carrera profesional.
Lo pusieron ante Floyd Mayweather junior, que le dio toda una lección de boxeo, y le quitó el invicto, porque era necesario que comenzase a producir importantes dividendos económicos.
A partir de ese momento tuvo que comenzar de nuevo el camino de recuperar imagen y volverse a colocar dentro de la elite del boxeo y poco a poco bajo la dirección del Golden Boy Promotions lo consiguió.
Pero siempre con la amenaza de la presencia de Golovkin, el púgil invicto, que destrozaba a todos sus rivales y al concluir cada pelea decía que estaba listo para el duelo con Álvarez al que quería enfrentarse.
De La Hoya no lo permitió, consideró con buen criterio empresarial que no era el momento para hacerlo, dado que no podían correr el riesgo de sufrir otra derrota como la de Mayweather junior, sin antes no haberse establecido como el líder del boxeo mexicano y convertido en una auténtica estrella internacional.
Ahora si, De La Hoya ya consiguió que Álvarez se haya establecido como estrella en estados como Texas, California y Nevada, lugares donde sus peleas tienen aseguradas la venta de todas las entradas y le haya generado ganancias millonarias.
Los ejemplos están dados en San Antonio y Arlington (Texas), donde Álvarez reunió a cerca de 100.000 espectadores en apenas dos combates.
Contra Austin Trout, en el 2013, llevó a las gradas del Alamodome (San Antonio), a 42.000 espectadores, mientras que en el 2016, frente al inglés Liam Smith, consiguió que 51.000 aficionados fuesen a verlo al AT&T Stadium, campo de los Cowboys de Dallas de la NFL.
La última pelea, la que protagonizó contra Julio César Chávez junior, llenó también el aforo del T-Mobile Arena, donde ya están vendidas todas las entradas para la del sábado por la noche frente a Golovkin.
De ahí, que de alguna manera se pase la mayor parte del año entrenando en Estados Unidos, y sea el personaje preferido por las compañías mexicanas para la imagen de sus productos que quieren vender tanto en el mercado hispano como en el anglo.
Su proyección de estrella del boxeo mexicano e internacional es toda una realidad. Lo demuestra que sin ser campeón mundial –renunció al título– ahora se encuentra ante la gran pelea que los buenos aficionados han esperado desde hace varios años.
Álvarez ha trascendido del mundo hispano y su presencia en el anglo también es evidente, de ahí la importancia que tiene el duelo ante Golovkin, dado que un triunfo le consagraría tanto en el apartado deportivo como de venta de imagen.
El púgil mexicano quiere ser visto aun por aquellos que lo consideran un producto de la “mercadotecnia”, lo que significa que es perfecto a la hora de hacer negocio.
Se espera que para la pelea ante Golovkin haya entre 30 y 40 millones de telespectadores que la vean, como ya han hecho con las anteriores en las que ha participado y que la audiencia no bajo de los 20 millones de televidentes.
De la Hoya ha entendido a la perfección que Álvarez ya tiene el cartel suficiente para llevarlo a mercados anglos como el de Nueva York, donde podría protagonizar su próximo combate estelar.
Otro elemento más de la importancia que tendrá la pelea frente a Golovkin, porque es la ideal para conseguir el triunfo histórico que le falta en una jornada especial como es la del 16 de septiembre, la fecha más importante en el calendario boxístico y en el deporte mexicano.
Una victoria convincente ante Golovkin, en la semana de las Fiestas Patrias de México, le permitirá cubrir completamente el mercado anglosajón, despejar para siempre las dudas a todos los críticos que creen que no es púgil de elite y consagrarse como la nueva estrella del mundo del boxeo tras la retirada de Mayweather junior.
Golovkin y Álvarez dan el mismo peso de 72,640 kilos para pelea del sábado
El campeón invicto kazako Gennady Golovkin y el mexicano Saúl ‘Canelo’ Álvarez completaron la sesión de pesaje previa al combate de este sábado y ambos dieron 72,640 kilos en la báscula.
El primero en subir al pesaje en el MGM Grand Garden Arena de Las Vegas (Nevada), fue Golovkin, de 35 años, que se mostró impasible, perfecto, con sonrisa de niño bueno y una seguridad completa.
Dio el peso límite establecido para la categoría de los medianos y luego le tocó el turno a Álvarez, de 27 años, que ya subido en la báscula dio el mismo peso para su debut en la nueva división.
El púgil mexicano también se mostró sonriente, seguro y tranquilo en medio de un ambiente exquisito, de máxima educación y respeto entre ambos púgiles y sus respectivos equipos que se saludaron de manera cordial.
Golovkin expondrá sus títulos del peso mediano versiones de la Federación Internacional de Boxeo (FIB), de la Asociación Mundial (AMB) y del Consejo Mundial (CMB).
El promotor hispano Oscar de la Hoya, dueño de la compañía Golden Boy Promotions, que lleva los intereses de Álvarez, y máximo responsable de la programación de la velada y la pelea, fue el encargado de estar siempre al lado de ambos púgiles.
Después la foto de rigor del cara a cara se confirmó la mayor envergadura de Golovkin, pro a su vez Álvarez mostró un gran físico con una gran musculatura.
Al concluir el pesaje, el mexicano reiteró que está listo para el gran combate, admitió las opciones al triunfo están repartidas en partes iguales y que al final el ganador será quien sea más inteligente sobre el cuadrilátero.
“La pelea será una mezcla de poder, rapidez e inteligencia”, declaró Álvarez (49-1-1, 34 nocauts). “El que mejor sepa combinar todos estos elementos se llevara el triunfo. “Lo que sí tengo muy claro es que lo arriesgo todo en el combate y por eso me he preparado al máximo”.
Por su parte, Golovkin reiteró que tiene todo el respeto por Álvarez, que está listo para hacer una gran pelea y que al final, sin importar el vencedor, el gran beneficiado del combate será el deporte del boxeo.
Golovkin, en tanto, tiene marca perfecta de 37-0-0, con 34 nocauts.
Con miles de aficionados, en su mayoría mexicanos, que presenciaron el pesaje y apoyaron siempre a Álvarez, los promotores de la pelea confirmaron que el aforo de los cerca de 17.000 asientos que posee el T-Mobile Arena están vendidas las entradas desde hace varios meses.
Todo lo contrario de lo que sucedió con el combate entre Floyd Mayweather junior y el irlandés Conor McGregor, que el pasado 26 de agosto se enfrentaron en una pelea que el mundo del boxeo consideró una “farsa” y que apenas pudo vender 14.464 entradas.
El precio de las entradas para ver la pelea Golovkin contra Álvarez oscila entre los 2.500 dólares y será muy superior para aquellos que intenten a última hora conseguir alguna en el mercado de la reventa.
También se espera que la venta de la televisión de pago superé los dos millones de compradores, que tendrán que abonar 70 dólares para ver la pelea, lo que garantiza a los promotores un éxito económico de la pelea.
De la Hoya ya ha anunciado que parte de las ganancias que consigan con la pelea harán una importante donación para todos los damnificados de las víctimas que han dejado los huracanes Harvey y Irma a su paso por los estados de Texas y Florida, respectivamente.
“Sabemos del sufrimiento de miles de personas que lo han perdido todo y estaremos siempre a su lado”, destacó De La Hoya. “Vamos a ayudar al máximo”.