Rusia acusó ayer a Ucrania de intentar asesinar al presidente Vladimir Putin en Moscú luego de que dos drones se estrellaran contra el Palacio del Senado del Kremlin temprano esa mañana, prometiendo represalias. No se reportaron heridos ni daños importantes, y las autoridades dijeron que Putin no estaba en el Kremlin en ese momento. Los funcionarios ucranianos negaron las acusaciones y señalaron que la declaración proporcionó a Rusia un pretexto para intensificar el conflicto.
Varios videos no verificados muestran drones volando sobre el Kremlin antes de explotar y caer sobre una estructura abovedada. Los líderes rusos afirmaron que sus defensas aéreas habían interceptado los drones, aunque el análisis occidental no pudo confirmarlo únicamente a partir de las imágenes. Ucrania, cuya frontera está a unos cientos de millas de Moscú, insiste en que no ataca el territorio ruso, aunque recientemente se han encontrado drones ucranianos de largo alcance en Rusia.
Las acusaciones se adelantan a una probable contraofensiva ucraniana y, como informan los analistas militares, el total de bajas de guerra durante el conflicto ha superado las 360.000, con 20.000 rusos muertos en acción desde diciembre.