Tuesday, November 12, 2024
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Accidente aéreo Colombia: piloto se declaró sin combustible

El piloto del avión que se estrelló en Colombia con 77 personas a bordo pidió auxilio a la torre de control del aeropuerto de Medellín por “falla eléctrica total, sin combustible”, según grabaciones filtradas.

En un diálogo difundido el miércoles se escucha cómo el piloto, Miguel Quiroga, pide indicaciones desesperadamente y de manera repetida a la controladora, que le da instrucciones mientras desvía otras dos aeronaves para dar prioridad al avión que transportaba al equipo brasileño Chapecoense y perdía altura y velocidad.

Cuando se autorizó aterrizaje preferencial, el avión estaba a 18.000 pies y en su último mensaje el piloto indicó que había llegado 9.000 pies de altitud. Estaba ya fuera de la visión de los radares de la torre de control y se encontraba a 8,2 millas de su destino, según la controladora del aeropuerto donde estaba previsto el aterrizaje.

Los audios difundidos por radios locales confirman el testimonio de Juan Sebastián Upegui, copiloto de un vuelo comercial de Avianca que sobrevolaba la zona en ese momento y que aseguró que los conductores de LaMia se habían declarado con problemas de combustible momentos antes de accidentarse, aunque le sorprendió su demora en declararse en emergencia. Según las grabaciones, pasaron cuatro minutos entre el momento en que expresó problemas y el instante en que se declaró en emergencia.

Aunque no es la única hipótesis detrás del accidente, estos testimonios ayudan a los investigadores a confirmar si el avión de LaMia que se estrelló poco antes de las diez de la noche del lunes en los Andes colombianos se quedó sin combustible como sospechaban.

En la grabación, Upegui describe cómo el piloto del avión accidentado reconoce a los controladores aéreos que tiene problemas de combustible y pide prioridad para aterrizar. Una vez denegado el acceso, se desespera y empieza a gritar “¡vectores, vectores, vectores!”. Luego empezó a perder altitud y velocidad.

Estas pruebas se suman a las declaraciones de un auxiliar de vuelo que sobrevivió al accidente y a la falta de una explosión al momento colisionar contra el suelo.

Por ahora, las autoridades evitan descartar otras causas del accidente en el que murieron 71 personas y otras seis quedaron heridas, entre ellas jugadores del equipo de fútbol Chapecoense que viajaba a la final de la Copa Sudamericana.

La investigación podría tardar meses antes de terminar la revisión de todos los aspectos del vuelo y la información de las cajas negras del avión. Éstas fueron retiradas el martes del lugar del accidente.

De acuerdo con la página de internet ahora desactivada de LaMia —la empresa de chárters con sede en Bolivia contratada por el equipo de fútbol— la distancia máxima que puede recorrer el Avro RJ85 es de 2.965 kilómetros (1.600 millas náuticas), un poco menos de la distancia que separa Medellín de Santa Cruz, en Bolivia, de donde había partido el vuelo accidentado.

Una pieza clave para solucionar el misterio detrás del accidente podría venir de Ximena Sánchez, una asistente de vuelo boliviana que estaba sentada en la parte de atrás del avión y sobrevivió al accidente. Los investigadores tienen previsto entrevistarla el miércoles en una clínica cercana a Medellín, donde se está recuperando.

“Nos quedamos sin combustible. (El avión) se apagó sin combustible”, fue todo lo que la aeromoza le dijo a Arquímedes Mejía, uno de los rescatistas entrevistado por The Associated Press.

También el lugar del accidente, donde no se encontraron rastros de gasolina, será clave para la investigación. A menudo los aviones explotan por el impacto, pero una de las razonas por las cuales seis personas sobrevivieron es porque en este caso no estalló.

Los heridos se recuperan en clínicas cercanas, tres de ellos en estado crítico, informaron los hospitales. La salud del jugador Hélio Hermito Zampier es la más preocupante, tras haber recibido cinco transfusiones de sangre en las últimas horas y peligro de infección. Alan Luciano Ruschel, por quien más se temía el martes, se estabilizó después de ser intervenido. Ambos se encuentran en terapia intensiva.

El periodista Rafael Valmorbida también está grave, con fracturas en las costillas que afectan al funcionamiento pulmonar, según sus médicos. Jakson Follmann, portero del equipo, perdió una pierna tras una amputación y permanece estable en terapia intensiva. Los tripulantes bolivianos Ximena Suárez y Erwin Tumiri están fuera de peligro, según los médicos.

A última hora de la tarde del miércoles, 59 cuerpos habían sido identificados: 52 brasileños, cinco bolivianos, un venezolano y un paraguayo, dijo a The Associated Press Carlos Valez, director del Instituto de Medicina Legal. En las primeras horas de la madrugada está planeada la repatriación del primer grupo de los cadáveres identificados.

En el Atanasio Girardot, el estadio de Atlético Nacional, se realizó un homenaje en honor a las víctimas a la hora a la que se disputaría el partido. En un conmovedor evento con globos, flores y camisetas blancas, la afición de Medellín rebosó un espacio de 40.000 plazas para despedir al equipo Chapecoense.

“Los brasileños no olvidaremos jamás la forma en que los colombianos sintieron como suyo el terrible desastre que interrumpió el sueño de Chapecoense”, dijo en español, interrumpido por sus propias lágrimas y una ovación, el canciller brasileño, José Serra.

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Por FERNANDO VERGARA, ALBA TOBELLA y JOSHUA GOODMAN

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