Los talibán han liberado a 380 presos simpatizantes del movimiento que permanecían encerrados en cárceles de las provincias de Fará y Uruzgán, de acuerdo con su intención de poner en libertad a todos sus efectivos que se encontraban en manos del Gobierno afgano antes de la llegada de los insurgentes a la capital, Kabul, la semana pasada.
Se trata concretamente de 340 liberados en Fará y otros 40 más en una prisión de Uruzgán, según las fuentes locales del canal Shamshad News, en línea con la declaración formulada hace dos días en las que anunciaron su intención de liberar a quienes consideran “presos políticos” en Afganistán, en relación a sus simpatizantes y combatientes.
La liberación de estos presos ha sido una práctica habitual de los talibán desde el comienzo hace dos semanas de su fulgurante ofensiva para adueñarse del país. Sin ir más lejos, el pasado domingo pusieron en libertad a más de 5.000 presos en la cárcel de la antigua base aérea de Bagram, en su día el gran centro de coordinación militar de Estados Unidos en Afganistán.
Según fuentes locales de la agencia oficial de noticias rusa Sputnik, todos los presos de esa cárcel fueron liberados y se cree que entre ellos también había elementos de la organización yihadista Estado islámico.