El veterano gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, volverá a ser el candidato por el Partido Demócrata en noviembre tras ganar claramente a la actriz y activista Cynthia Nixon, con lo que ha logrado frenar el auge de la izquierda del partido y optar a un tercer mandato.
En las primarias del Partido Demócrata en el estado de Nueva York y con el 77 % escrutado, Andrew Cuomo logró un 65,7 % de los votos frente a una Cynthia Nixon, conocida por su papel en la serie “Sex and the City”, que recibió sólo un 34,3 %.
Cuomo optará así a un tercer mandato como gobernador del estado de Nueva York en las legislativas de noviembre frente al republicano Marc Molinaro, que obtuvo la nominación de su partido al no concurrir ningún oponente a las primarias.
La continuidad de Cuomo se da casi por segura puesto que este estado es un tradicional bastión demócrata. Además, para frenar el activismo de Nixon, Cuomo ha hecho suyo una gran parte del discurso más progresista en materias como la inmigración.
Por su parte, la abogada y activista afroamericana Letitia James ganó las primarias demócratas a fiscal general tras obtener un 41,5 % de los votos.
James aventajó a la abogada y profesora Zephyr Teachout (30,8 %), al congresista federal Sean Patrick Maloney (24,4 %) y a la abogada Leecia Eve (3,4 %).
James se enfrentará en las elecciones de noviembre al abogado neoyorquino Keith Wofford que, como Molinaro, obtuvo la nominación republicano al ser el único aspirante.
Los dos disputarán el cargo que ocupaba hasta hace poco Eric Schneiderman, quien fue uno de los abanderados del movimiento ?MeToo y dimitió en mayo tras las denuncias por presuntas agresiones físicas de varias mujeres.
Las elecciones primarias de Nueva York, las últimas en Estados Unidos antes de las legislativas de noviembre, han servido al “establishment” del Partido Demócrata para frenar el auge de su ala más izquierdista, que en los últimos meses se llevó por delante a veteranos políticos con pedigrí del partido.
El caso más sonado se dio precisamente en Nueva York, donde la joven Alexandria Ocasio-Cortez sorprendió en junio al veterano Joseph Crowley y se hizo con la candidatura a la Cámara de Representantes en su distrito.
Los triunfos de otros progresistas como Ayanna Pressley en Massachusetts o Andrew Gillum en Florida han demostrado el descontento entre las bases demócratas con la élite tradicional del partido.
Y pocos representan ese “establishment” como Cuomo: hijo de un gobernador de Nueva York, casado durante años con una Kennedy, respaldado por los Clinton, cómodo con los grandes donantes y con una larga carrera política.
Fiscal general del estado entre 2007 y 2010, el gobernador llegó a su actual cargo en 2011 tras arrasar en las elecciones a su rival republicano y fue reelegido sin problemas en 2014.
Aunque se ha visto envuelto en varias polémicas y tiene una tensa relación con el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, Cuomo se ha mantenido como un dirigente medianamente popular y, según muchos, con aspiraciones presidenciales.
Además, Cuomo recibió durante la campaña el apoyo de grandes medios de comunicación, como The New York Times, y se gastó mucho dinero en anuncios de televisión para frenar cualquier posible brecha ante la activista Nixon, que centró su campaña en las redes sociales y sólo dispuso de un cara a cara con Cuomo en televisión.