BUENOS AIRES (AP) — Durante más de medio siglo, Fidel Castro tuvo un papel central en la política de Latinoamérica. Pero también fue un líder divisivo que cosechó admiración por su gesta revolucionaria y condenas por los excesos de su gobierno.
Su muerte, como su vida, generó reconocimientos, elogios y críticas.
El presidente Evo Morales le rindió un homenaje a través de la televisora estatal de Bolivia en el que expresó su solidaridad con el pueblo cubano.
“Fidel nos ha dado lecciones de lucha, de perseverancia por la liberación de los pueblos del mundo. Fidel luchó por la soberanía de los pueblos”, dijo el líder cocalero que en 2006 se convirtió en el primer presidente indígena de su país. “Realmente duele su partida”.
El heredero político del fallecido presidente venezolano Hugo Chávez, quien fuera uno de los más fervientes admiradores de Castro, también manifestó su dolor por la noticia.
“Hemos reencontrado el camino de Fidel y de Chávez, y ese camino no podemos perderlo jamás”, dijo a la cadena regional Telesur el mandatario Nicolás Maduro, al tiempo que llamó a preservar el legado de Castro.
“A 60 años de la partida del Granma de México parte Fidel hacia la inmortalidad de los que luchan toda la vida… Hasta la victoria siempre”, agregó en su cuenta de Twitter, y luego confesó que cada dos meses viajaba a Cuba para verlo y que tenía previsto visitarlo junto con su esposa a comienzos de diciembre.
El presidente ecuatoriano Rafael Correa, quien se identifica como un socialista del siglo XXI, publicó en Twitter: “Se fue un grande. Murió Fidel. ¡Viva Cuba! ¡Viva América Latina!”.
En la misma red social, la expresidenta argentina Cristina Fernández envió sus condolencias y lo alabó. “Fidel y Cuba ingresando definitivamente en la Historia Grande. Junto a su pueblo, ejemplo de dignidad y soberanía”, señaló.
Por su parte, el colombiano Juan Manuel Santos lamentó su muerte y ofreció su solidaridad al pueblo cubano, al tiempo que señaló en la misma red que “Fidel Castro reconoció al final de sus días que la lucha armada no era el camino. Contribuyó así a poner fin al conflicto colombiano” en referencia al proceso de diálogo entre su gobierno y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia que tuvo sede en La Habana y dio paso a la firma de un acuerdo de paz.
En ese mismo país, la comandancia de las FARC sostuvo que de Castro aprendieron que la defensa de las ideas no necesita de las armas.
Para los rebeldes colombianos, Castro es uno de “los líderes más amados y emblemáticos del mundo”, de acuerdo con un comunicado leído por el jefe guerrillero Iván Márquez.
“Aprendimos de él que las ideas no necesitan ni de las armas, en la medida en que sean capaces de conquistar a las grandes masas”, aseguró.
El presidente salvadoreño y exguerrillero, Salvador Sánchez Cerén, sostuvo que recibía el fallecimiento “con profundo dolor”.
En tanto, el jefe de Estado mexicano Enrique Peña Nieto escribió en Twitter que Castro “fue un amigo de México, promotor de una relación bilateral basada en el respeto, el diálogo y la solidaridad”.
El gobierno argentino fue más bien parco en sus expresiones por la partida del líder cubano. “Mis condolencias al gobierno cubano por el fallecimiento de Fidel Castro”, escribió en Twitter el presidente Mauricio Macri.
La presidenta chilena Michelle Bachelet también expresó en Twitter sus condolencias por la muerte de Castro, a quien calificó de “líder por la dignidad y la justicia social en Cuba y América Latina”.
“Fidel Castro era un líder de convicciones. Marcó la segunda mitad del siglo XX con la defensa firme de las ideas en las que creía”, dijo el brasileño Michel Temer, en tanto que el peruano Pedro Pablo Kuczynski expresó sus “más sentidas condolencias al pueblo y gobierno cubano en esta hora tan triste; saludamos la memoria del recordado Fidel Castro”.
En el mundo del fútbol, el astro argentino Diego Armando Maradona comentó en su página oficial de Facebook:
“Murió mi amigo, mi confidente, el que me aconsejó, el que me llamaba a cualquier hora para hablar de política, de fútbol, de béisbol, el que me dijo que cuando se fuese Clinton el que venía era peor, que fue Bush. Como no se equivocó nunca, para mí Fidel es, fue y será eterno, el único, el más grande. Me duele el corazón porque el mundo pierde al más sabio de todos”.
De gira por Europa, el jefe de Estado uruguayo Tabaré Vázquez lamentó el deceso y decretó un día de luto oficial.
Por su parte, Pepe Mujica, exmandatario uruguayo, declaró a dos canales de televisión locales:
“Hay en Fidel, y con él en una parte muy importante del pueblo cubano, una estatura de Quijote porque le tocó vivir un largo período de su historia desafiando a la primera potencia mundial que la tenía enfrente. No es problema sencillo tener coraje de decisión y capacidad de resistencia como para un dilema de esa época”.
El exmandatario reconoció que “como cualquier personaje grande que ocupa un largo periodo en la historia va a tener detractores y va a tener enamorados”.
El diputado José Carlos Mahía, de alianza de fuerzas de izquierda Frente Amplio a la que pertenece Vázquez, lo recordó con un “hasta siempre comandante, marcó una generación de izquierdas en toda América Latina. Fue la espina que murió clavada en el corazón del imperio”.
Pero el senador del Partido Colorado y ex vicecanciller uruguayo Ope Pasquet fue tajante: “Ante la muerte de Fidel Castro, respeto el dolor de quienes lo lloran pero afirmo: fue un gran enemigo de la democracia y de la libertad”.
Y mientras en Chile dirigentes del Partido Comunista rindieron homenajes al “gran líder del socialismo”, el diputado del Partido Nacional uruguayo Pablo Abdala advirtió: “La muerte no anula la memoria. Fidel Castro mató, encarceló y torturó. Practicó el terrorismo de estado. Todo para perpetuarse en el poder”.
El expresidente mexicano Felipe Calderón se sumó a las críticas. “Cuando nací Fidel Castro ya era dictador en Cuba. Fui presidente de México y seguía siéndolo. Ojalá llegue pronto la libertad a los cubanos”, señaló en Twitter.
Otro exmandatario, el chileno Sebastián Piñera, envió condolencias pero agregó: “su legado: casi 60 años de atropellos a las libertades, democracia y derechos humanos en Cuba”, publicó en la red social.
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Por MAYRA PERTOSSI