El Departamento de Educación de Puerto Rico enfrenta serias críticas por su falta de control en el gasto y la falta de enfoque en el aprendizaje efectivo de los estudiantes. Mientras las escuelas enfrentan carencias básicas, gran parte del presupuesto se destina a plataformas electrónicas millonarias y a una burocracia excesiva que, lejos de apoyar el aprendizaje, crea una estructura administrativa cada vez más compleja e ineficiente.
Gasto excesivo en plataformas y duplicación de bases de datos
En lugar de centralizar la información del estudiantado en una única base de datos, el Departamento ha optado por duplicar las bases de datos en cada departamento y materia, acumulando la misma información repetidamente. Este sistema no solo es ineficiente sino que encarece innecesariamente la gestión, agotando fondos que podrían dirigirse al salario de los maestros ó a mejoras en los planteles.
Por otro lado, la creación de plataformas electrónicas a precios millonarios, mediante contratos con compañías externas, se ha convertido en un gasto fijo que pocas veces aporta beneficios tangibles para el aprendizaje de los estudiantes. Estas plataformas, además, suelen usarse solo parcialmente o de manera complementaria, coexistiendo con procesos en papel, lo que toma mas tiempo en procesar y contribuye a una administración redundante que consume recursos sin un retorno claro.
Burocracia administrativa y falta de permanencias para los maestros
El gasto administrativo es otro de los grandes problemas. Se han creado múltiples oficinas y posiciones administrativas que no tienen un rol claro en la enseñanza directa, pero que sí absorben gran parte del presupuesto destinado a Educación. Esta estructura, basada en oficinas autocreadas, genera empleos que no aportan al aprendizaje y complica la distribución de recursos. Además, los fondos destinados a la contratación de maestros permanentes son limitados debido a esta carga administrativa. Como resultado, muchos maestros se ven obligados a trabajar sin una estabilidad laboral adecuada, afectando tanto su desempeño como el ambiente escolar.
Talleres a un costo millonario y programas que no mejoran el aprovechamiento estudiantil
Otra área de preocupación es la inversión en talleres y capacitaciones para maestros, que en muchos casos no tienen una relación directa con el rendimiento académico de los estudiantes. En vez de ofrecer oportunidades de estudios avanzados, como maestrías y doctorados en disciplinas y metodologías directamente relacionadas con la enseñanza, el Departamento ha centrado sus recursos en actividades que no abordan las necesidades pedagógicas de los maestros ni de los estudiantes.
Efectos en la educación especial y los primeros grados
Un área particularmente sensible es la educación especial. Se han etiquetado estudiantes como de educación especial sin ofrecerles un apoyo adecuado en sus primeros años de formación, lo que provoca que muchos lleguen a grados superiores sin habilidades básicas como la lectura. Esto revela una falta de atención en los primeros grados y una desconexión con las necesidades reales de los estudiantes, que se agrava con una administración ineficiente y con decisiones centradas en criterios financieros, más que en el bienestar del estudiante.
Propuesta de soluciones: Descentralización, inversión en el magisterio y tecnología para las escuelas
El sistema educativo necesita una transformación profunda, enfocada en el aprendizaje de los estudiantes y en la estabilidad del cuerpo docente. Entre las soluciones propuestas, se encuentran:
- Cerrar oficinas centrales y regionales porque no aportan a la enseñanza directa y automatizar los procesos y funciones necesarias, para reducir la burocracia y hacer que los recursos lleguen de manera más rápida y eficiente a las escuelas.
- Flexibilizar el currículo a nivel local para que los maestros de cada escuela puedan adaptar en currículo a las necesidades de su comunidad y su estudiantado, en lugar de seguir un modelo estandarizado y centralizado que muchas veces no se ajusta a la realidad de cada escuela.
- Aumentar el salario básico de los maestros a $50,000 y proveer beneficios con el compromiso de permanecer en la misma escuela por un mínimo de cinco años. Hay que ofrecer la permanencia a los 9 meses de dar clases de forma satisfactoria. Este incentivo atraerá a docentes cualificados y ayudará a retenerlos.
- Incorporar tres maestros en cada salón en la escuela elemental para proporcionar una atención más personalizada y asegurar que todos los estudiantes de escuela elemental aprendan a leer y desarrollen una actitud positiva hacia el aprendizaje.
- Instalar acceso a internet robusto, paneles solares y baterías en todas las escuelas para crear entornos de aprendizaje resilientes y sostenibles. Estas medidas permitirían que las escuelas funcionen de manera continua, incluso en situaciones de emergencia.
- Capacitación para directores y rol activo 80% en la enseñanza: Los directores deben asumir el compromiso de dar una clase diaria para mantener un vínculo directo con los estudiantes y el personal docente, y recibir capacitación constante universitaria para mejorar su desempeño administrativo y pedagógico.
- Elección de superintendentes de 8 regiones de la isla por voto regional: Los superintendentes deberían ser seleccionados mediante votación en su región para fomentar la responsabilidad local y asegurar que las decisiones estén alineadas con las necesidades de cada comunidad educativa.
Estas reformas estructurales son esenciales para priorizar el aprendizaje y asegurar un uso responsable de los fondos públicos. El Departamento de Educación debe repensar su rol y sus prioridades, enfocando el dinero al aprendizaje, centrándose en invertir en sus maestros y estudiantes para que todos los niños de Puerto Rico tengan la oportunidad de recibir una educación de calidad.