En el ámbito político es donde más quedan descubiertas las virtudes y el carácter del ser humano. El oportunismo, la honestidad, la rivalidad, la lealtad, la sobrevivencia, el compromiso, la integridad y el engaño.
A. Entre los políticos hay quienes buscan conseguir sus objetivos de manera rápida, individuos que prefieren el camino más corto, a este grupo pertenece el sujeto que viene a la política con un plan predeterminado, generalmente esta persona, sólo piensa en sí mismo, tiene su agenda personal y carece de ética. Solo favorecerá a sus incondicionales y velará por sus propios intereses.
Cuando ve que en un partido no puede conseguir sus objetivos, se va a otra organización política, donde crea que puede alcanzarlos, a este personaje se le llama tránsfuga.
B. Por otro lado, está el idealista, que sigue la ideología de su partido, que se compromete con la organización política que representa, da la cara y trabaja, porque cree en el proyecto político, porque es lo que más se acerca a su forma de pensar. A veces los idealistas pueden vivir en una nube, donde ellos creen que son importantes, o eso les hacen creer. Pueden ser tan fieles a sus ideas, que no reaccionan ante la realidad y siguen a su líder ciegamente, con un alto grado de admiración y fanatismo.
C. Por último, están los “ sobrevivientes”, son los que aparecen en los partidos o instituciones gubernamentales, los que se mantienen vigilantes esperando una oportunidad, son los que no hacen oposición, ni trabajo político, ni ruido, los que prefieren callar y ser complacientes, los que niegan tener afiliación política, dicen lo que los demás quieren oír, para lograr sus objetivos.
Sin embargo, la humanidad ha avanzado por las acciones de hombres y mujeres, de líderes cívicos y políticos comprometidos con la evolución y el cambio, que han apostado a un mundo más inclusivo y han aportado ideas transformadoras a favor de la mayoría. Se hace necesario retomar la consciencia social y la dignidad.
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Martina Soriano.
Periodista y escritora