Miami.- La legisladora cubano-estadounidense Ileana Ros-Lehtinen anunció hoy que al término de su mandato en este periodo legislativo, que concluirá en 2018, se retirará del Congreso y no aspirará a una nueva reelección.
Tras 38 años en el Congreso, en donde se convirtió en el primer representante de origen cubano en la Cámara baja, la republicana se retirará de la vida parlamentaria, según anunció hoy en una entrevista al diario Miami Herald.
“Es hora de tomar un nuevo paso”, declaró la congresista, quien en las elecciones de noviembre pasado salió reelegida por el vigésimo séptimo distrito electoral, que se extiende sobre el sureste del condado Miami-Dade.
En la entrevista con el medio, en la que reconoció que fue un “gran honor” servir a sus electores, agregó que no ha habido ningún hecho o momento concreto, o “epifanía”, que la haya obligado a tomar esa decisión.
“Fue solo una comprensión de que podría seguir siendo elegida, pero no se trata de ser elegida”, explicó.
Aclaró también que su resolución no ha estado influida por sus diferencias con el presidente Trump o el liderazgo republicano en el Congreso estadounidense.
La legisladora, que tras siete años en la legislatura de Florida fue elegida por primera vez en el Congreso federal en 1989, ha señalado en el pasado que no votó por Trump en las elecciones del pasado noviembre.
Asimismo, durante los primeros 100 días de mandato del presidente Trump ha mostrado su desacuerdo con las políticas salidas desde la Casa Blanca sobre las deportaciones, los recortes en el presupuesto y los derechos de las personas transgénero, además del proyecto republicano que buscaba reemplazar la reforma sanitaria de Obama y que quedó en nada al no lograr votos suficientes.
“No estoy de acuerdo con muchas, sí no con la mayoría, (de) las posiciones del presidente Trump”, resaltó la parlamentaria, vista como una republicana moderada.
El anuncio de Ros-Lehtinen abre una puerta para que los demócratas se puedan hacer con un escaño en el congreso federal en las elecciones de 2018, en especial tras la ventaja de 20 puntos que la aspirante demócrata a la Presidencia, Hillary Clinton, sacó en ese distrito a su rival, el actual mandatario Donald Trump.
En los comicios de noviembre, Ros-Lehtinen venció a su oponente, el demócrata Scott Fuhrman, por 10 puntos, uno de los márgenes más estrechos en sus últimas contiendas electorales, no obstante la legisladora expresó su confianza de que en el proceso de 2018 hubiera vuelto a ganar, y “por un gran porcentaje”, además de reunir por lo menos hasta 2,5 millones de dólares para su campaña.
Su esposo y jefe de campaña, Dexter Lehtinen, quien fue fiscal federal en Miami, manifestó que una de las principales razones que empujó a tomar esa determinación a la congresista, de 64 años, fue el deseo de “pasar más tiempo con su familia”.
Ros-Lehtinen, el representante por Florida con más años en el Congreso, tiene cuatro nietos y ha sido además una defensora de los derechos de la comunidad LGBT (lesbianas, gais, bisexuales y transexuales).
El año pasado pidió poner fin a los prejuicios y discriminaciones que sufre este colectivo, en una conferencia a la que asistió con su marido y su hijo Rodrigo, que de niño era Amanda.
Figura importante en temas de asuntos exteriores en el Congreso (llegó a ser la primera mujer en ejercer la Presidencia del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara baja), su férrea posición contra el régimen de los hermanos Castro le valió que el extinto líder Fidel Castro la apodará “la loba feroz”.
“Seguiré enfrentándome a los tiranos y dictadores de todo el mundo”, promete la aun parlamentaria, nacida en la capital cubana y con un doctorado en Educación.
Tras años ejerciendo la docencia, Ros-Lehtinen dio su primer paso importante en la arena política cuando en 1982 resultó elegida para ocupar un escaño en la Cámara de Representantes de Florida, la primera mujer hispana en lograr esa victoria.
Cuatro años repetiría el mismo título al vencer en la carrera electoral que la llevó al Senado estatal.
En el Congreso estadounidense, en donde empezó en 1989, es también la primera mujer hispana y el primer, o primera, cubano-estadounidense en resultar elegido en la Cámara baja, en una campaña que tuvo como jefe al excandidato presidencial Jeb Bush.
Mientras ella continúa su labor sus últimos 20 meses en el Congreso, los republicanos y demócratas se abocarán a determinar quienes serán los aspirantes a ocupar el escaño que dejará libre la legisladora, en una lucha que desde ya se prevé será intensa.