Por JOSH BOAK |
Wilbur Ross, el multimillonario inversionista considerado “el rey de la bancarrota” por comprar empresas en problemas financieros con potencial de generar utilidades, es la persona elegida por el presidente electo Donald Trump como secretario de Comercio, dijo el miércoles un funcionario de alto rango del equipo de transición.
El funcionario no está autorizado a hablar públicamente sobre el asunto, por lo que solicitó no ser identificado.
Ross, quien según la revista Forbes posee una fortuna de casi 3.000 millones de dólares, representaría los intereses de los negocios estadounidenses en el país y el extranjero al frente del Departamento de Comercio. Su agencia estaría entra las encargadas de ejecutar el objetivo establecido por el gobierno de Trump de proteger a los trabajadores estadounidenses y desafiar décadas de globalización que en gran medida han beneficiado a corporaciones multinacionales.
Con una propiedad en Florida cerca de la de Mar-a-Lago de Trump, Ross, de 78 años, participó en el diseño y la promoción de los planes del presidente electo sobre recortes fiscales e infraestructura. Ross ha insinuado que muchos de los estadounidenses están descontentos porque la economía ha abandonado a los trabajadores de la clase media y dice que Trump representa un cambio hacia “una dirección menos cautelosa en lo que respecta a ofender a alguien”.
“Parte de la razón por la que estoy apoyando a Trump es que pienso que necesitamos un enfoque de gobierno nuevo, más radical —al menos en Estados Unidos— de lo que hemos tenido antes”, dijo Ross en junio a la cadena CNBC, refiriéndose al tono desafiante de Trump y a sus promesas de revigorizar el crecimiento económico.
A pesar de apoyar la retórica populista, Ross ha gozado de un estilo de vida aristocrático. Viaja frecuentemente entre sus oficinas en Nueva York y su vivienda en Palm Beach, Florida, según la revista Haute Living. Tiene una colección de arte valuada en más de 100 millones de dólares que incluye obras del surrealista belga René Magritte.
Ross, graduado de la Universidad Yale, prometió donar a ésta 10 millones de dólares para construir su Facultad de Administración.
Durante 24 años como banquero en Rothschild, Ross desarrolló una lucrativa especialidad en bancarrotas y reestructuración corporativa. En 2000 fundó su propia compañía, W.L. Ross, e hizo parte de su fortuna al invertir en fábricas en problemas en la región industrial del centro-norte del país, y en algunos casos generó ganancias al limitar las prestaciones a los trabajadores.
Esa región votó fuertemente por Trump bajo la promesa de la generación de más empleos de manufactura a través de la renegociación de acuerdos comerciales y de multas a compañías que tienen su mano de obra en el extranjero.