El presidente Donald Trump usará su primer discurso sobre el Estado de la Unión ante el Congreso para hablar de la construcción de un país “seguro, fuerte y orgulloso” e impulsar cambios en seguridad, inmigración, comercio, economía e infraestructuras.
La Casa Blanca hizo público hoy el tema del discurso que Trump dará el martes ante el Congreso: “construyendo un Estados Unidos seguro, fuerte y orgulloso”.
“El presidente hablará desde el corazón. Será un discurso que se hará eco de los valores estadounidenses y que nos unirá con patriotismo y también nos unirá en torno a las grandes oportunidades que están encontrando todos los estadounidenses”, dijo a la prensa un alto funcionario de la Casa Blanca que pidió el anonimato.
Según esa fuente, Trump repasará los logros de su primer año en el poder y, de cara al futuro, se centrará en cinco áreas: economía, infraestructuras, inmigración, comercio y seguridad nacional.
En el área de seguridad nacional, Trump hablará sobre Corea del Norte y las tensiones con el régimen de Kim Jong-un, que el año pasado aseguró haber desarrollado un misil capaz de portar una cabeza atómica y alcanzar cualquier punto de EE.UU., incluida la costa este, donde se hallan Washington y Nueva York.
“El presidente hablará sobre seguridad nacional, hablará sobre temas muy importantes y podemos esperar que mencione a Corea del Norte”, explicó el funcionario de la Casa Blanca.
Trump ha empleado en numerosas ocasiones un tono beligerante contra Corea del Norte, llegando a amenazar al país con “un fuego y una furia que el mundo jamás ha visto”.
Según la Casa Blanca, el martes Trump rebajará un poco la retórica, pero seguirá empleando un tono duro similar al que usó en noviembre para dirigirse a la Asamblea Nacional (Parlamento) de Corea del Sur, donde instó a Pyongyang a no subestimar a EE.UU. y abogó por buscar “la paz a través de la fuerza”.
Además, según el diario Político, Trump anunciará durante su discurso una orden ejecutiva para mantener abierta la cárcel de la base militar de Guantánamo, en el sureste de Cuba, y para anular así otro decreto, proclamado en 2009 por su antecesor, Barack Obama, quien quería cerrar la cárcel.
El funcionario de la Casa Blanca que habló con la prensa no confirmó esa información sobre Guantánamo, publicada esta semana por Político y otros medios.
Por otro lado, frente al Congreso y la nación, Trump insistirá en su visión proteccionista de “EE.UU. primero” con un “comercio justo” para los trabajadores estadounidenses, según la Casa Blanca.
En esa parte del discurso centrada en el comercio, es posible que el gobernante mencione a China, país con el que EE.UU. registra un abultado déficit comercial, y a México, con el que está renegociando el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), en vigor desde 1994 y en el que también participa Canadá.
Al abordar sus prioridades legislativas, Trump desvelará los puntos más importantes de su plan para reconstruir las infraestructuras del país, que requerirá una inversión de 1,7 billones de dólares durante diez años.
Trump ha criticado de manera reiterada la situación de la infraestructura en EE.UU. al asegurar que gran parte está “en ruinas” y parece “del tercer mundo”.
Por ello, el gobernante quiere concentrar gran parte del esfuerzo económico de su segundo año en torno a este ambicioso plan.
Al abordar su primer año de mandato, Trump presumirá de sus logros económicos: un crecimiento acelerado al 3 % anual, récords históricos en la bolsa, una tasa de desempleo en el 4,1 % y la mayor reforma fiscal del país en varias décadas con notables recortes de impuestos para las empresas.
Por último, Trump pedirá al Congreso que actúe en inmigración y reiterará su oferta de legalizar a 1,8 millones de jóvenes indocumentados que llegaron a EE.UU. de niños, conocidos como “soñadores”, a cambio de 25.000 millones de dólares para construir el muro con México y reforzar la seguridad fronteriza.
Dada la importancia que tendrá el tema migratorio en el discurso, al menos 24 demócratas de la Cámara de Representantes ya han anunciado que invitarán al Congreso a un grupo de “soñadores” con el fin de mostrar su desacuerdo con Trump y de dar visibilidad a la incertidumbre que viven muchos de ellos.
El tiempo se está agotando para los 690.000 jóvenes que actualmente están protegidos de la deportación por el programa DACA, cuya vigencia expira en marzo por orden de Trump.
Por su parte, la Casa Blanca aún no ha desvelado su lista de invitados al discurso, aunque adelantó que habrá víctimas de la epidemia de abuso de opiáceos que sufre el país.