Sean Spicer dimitió hoy como portavoz y secretario de prensa de la Casa Blanca tras expresar al presidente, Donald Trump, su profundo desacuerdo con el nombramiento del empresario Anthony Scaramucci como director de comunicaciones, agudizando la crisis que planea alrededor del magnate.
Según confirmaron hoy a Efe fuentes de la Casa Blanca que pidieron el anonimato, Spicer renunció a su puesto después de que el multimillonario ofreciese el cargo Scaramucci pese a que el hasta ahora portavoz le había advertido que lo consideraba “un grave error”.
No obstante, según indicó más tarde el propio Spicer a través de su cuenta de la red social Twitter, continuará ejerciendo el cargo hasta que concluya el mes de agosto.
“Ha sido un honor y un privilegio servir a @POTUS @realDonaldTrump y este increíble país. Continuaré mi servicio durante agosto”, aseguró.
Tras meses de rumores sobre su posible marcha de la portavocía del Ejecutivo, Spicer consumó hoy los presagios, aunque el desenlace no ha sido cómo tenía planeado.
Durante las últimas semanas, varios medios de comunicación se hicieron eco de que Spicer había comenzado a entrevistar a posibles candidatos para ocupar su puesto, ya que aspiraba a escalar hacia la estrategia comunicativa de la Casa Blanca, previsiblemente el cargo que hoy Trump ofreció a Scaramucci.
De hecho, desde el pasado mayo Spicer estaba llevando a cabo las funciones de director de comunicaciones de forma interina, tras la renuncia de Mike Dubke.
Sin embargo, el multimillonario desoyó tanto los consejos de su jefe de prensa como los de su jefe de gabinete, Reince Priebus, y de su estratega jefe, Steve Bannon, quienes se había alineado con Spicer en su rechazo a Scaramucci para dirigir las comunicaciones de la Casa Blanca, según apunta el diario The Washington Post.
El empresario de Wall Street, que tiene experiencia televisiva y buena relación con los hijos del magnate, llevaba días en conversaciones con la Casa Blanca sobre su posible incorporación, pero Trump culminó hoy su nombramiento, apenas horas después de que sufriera la marcha de varios miembros de su equipo legal contratado para llevar las investigaciones abiertas sobre la trama rusa.
Fue precisamente el propio Scaramucci quien, en rueda de prensa, anunció ante los periodistas que Spicer será reemplazado por la hasta ahora portavoz adjunta, Sarah Huckabee Sanders, quien ya en las últimas semanas había tomado más protagonismo a la hora de lidiar con los medios.
Sanders también tomó hoy la palabra para leer las palabras de Trump respecto a lo sucedido, quien agradeció a Spicer por el servicio prestado en su Administración, a la vez que alabó al nuevo miembro de su Gobierno por su apoyo en los últimos meses y el “papel fundamental” que tendrá en el futuro.
“Hemos logrado muchas cosas y hemos obtenido muy poco crédito por ellas”, dijo el mandatario en alusión a cómo los medios se hacen eco de su gestión.
Spicer, de 45 años, ha protagonizado, especialmente en sus comienzos, fuertes enfrentamientos con los corresponsales de la Casa Blanca, incluso en su primera rueda de prensa, cuando se empeñó en defender que la celebración de investidura de Trump había contado con más asistencia que la del expresidente Barack Obama, algo que las imágenes refutaban de forma evidente.
Una de las consecuencias de su agresivo y controvertido comportamiento con los periodistas fue el surgimiento de una parodia en el popular programa “Saturday Night Life”, donde la actriz Melissa McClatchy le ha imitado en los últimos meses cosechando un gran éxito.
Desde una Casa Blanca que ha llegado a argumentar que defiende “hechos alternativos” a los de la prensa, Spicer se ha quejado una y otra vez sobre la cobertura “negativa” y “desmoralizante” que, a su juicio, la mayoría de los medios generalistas hacen sobre Trump.
Un relato afín a las acusaciones que el multimillonario vierte contra los medios a través de su cuenta de Twitter, en la que ha llegado a utilizar vídeos violentos para ilustrar su relación con la cadena CNN, uno de los blancos principales de sus críticas.
Sin embargo, a Trump no le ha agradado el impacto que las ruedas de prensa diarias estaban teniendo en su Presidencia, por lo que a finales de mayo amenazó con cancelarlas y solo permitir las que diera él personalmente.
Aunque dicha amenaza no se ha materializado, la Casa Blanca sí ha reducido considerablemente sus comparecencias ante la prensa, y ha obligado a que la mayoría de ellas no cuenten con la presencia de cámaras de televisión.
Preguntado por los periodistas sobre si volverá el formato audiovisual, Scaramucci no lo descartó y dijo que tiene que discutirlo todavía con el mandatario.