Lo he dicho otras veces: Todo el que entra pobre al Estado y sale rico es un ladrón. Pero de igual forma, todo el rico que entra al Estado y se hace más rico, es otro ladrón. El Estado no es una fuente de enriquecimiento de dirigentes políticos a los que debemos suponerles vocación de servicio a la comunidad.
Servir al Partido para Servir al Pueblo, no al revés.
No es posible ser empresario y ministro al mismo tiempo sin transgredir leyes y principios éticos con conducen el enriquecimiento ilícito, es decir, a la corrupción que despoja al pueblo de educación, seguridad social, salud, viviendas, etc.
El Partido de la Liberación Dominicana ha dejado de ser una organización política para convertirse en una empresa donde las acciones en la bolsa de valores han subido hasta convertir a sus accionistas en súper millonarios, millonarios y ricos, (no tienen límites) ante las miradas estupefactas de diez millones de personas que los han visto cambiar sus estilos de vida de la noche a la mañana sin haber jugado la lotería y sin recibir herencia porque carecen de abolengo.
Esta empresa, o cártel llamado PLD es un monopolio que controla el Estado y sus resortes colaterales, lo cual le ha permitido adueñarse del patrimonio nacional de una manera o de otra.
Todos los días, los pocos espacios que aún quedan en la prensa escrita, la radio y la televisión, se producen denuncias de los “nuevos ricos” del PLD deslumbrando a la población que poco a poco va perdiendo la capacidad de asombro.
No me estoy refiriendo exclusivamente al caso de la empresa Odebrecht que envuelve toda la estructura pública y privada, Ejecutivo, Congreso, comerciantes y empresarios, los partidos tradicionales y algunos de sus dirigentes, incluso parte de la prensa; hablo de muchos otros casos bien conocidos por la población, como la compra de los aviones Tucanos donde hubo un soborno de 3.5 millones de dólares, de lo cual nadie habla ya.
En su programa de Nuria Piera denunció hace poco el caso del director de EDENORTE, uno de los últimos beneficiados del Loto del PLD pasando de pobre a millonario mágicamente, a juzgar por las propiedades que presentó la productora y directora de televisión. Lidio Cadet, el apacible director de la oficina de ética del gobierno dijo que investigaría el caso, pero todos sabemos que nada sucederá. Esa es la historia.
El destacado periodista de Santiago, autor de varios libros importantes, Esteban Rosario, denunció la falsedad del alcalde Abel Martínez en su declaración jurada de bienes en una investigación pormenorizada de su patrimonio real. Según Rosario, el síndico, ex presidente de la cámara de diputados cuando se aprobaron buena parte de los contratos y préstamos de Odebrecht, tiene una fortuna incalculable cuando hasta hace pocos años ganaba nueve mil pesos en una tienda de su pueblo.
Si alguien investigara las fortunas de los miembros del Comité Político del PLD y de buena parte del Comité Central y sus allegados (testaferros) descubriría niveles de corrupción –y de riqueza- inimaginables en la mayoría de sus miembros. (Siempre hay excepciones)
Como hemos dicho en otras oportunidades, el Comité Político del PLD se ha convertido en el grupo económico más poderoso del país, porque además de mucho, muchísimo dinero, tiene el poder político y militar del país lo cual le ha permitido hacer de la corrupción un modelo con el cual pretende eternizarse en el poder aunque no se encuentre eventualmente en el gobierno.
El pueblo llevó al PLD al gobierno, el pueblo ahora debe sacarlo porque de lo contrario un día de estos despertaremos y encontraremos el territorio totalmente desolado porque se lo habrán robado todo.