La ciudad estadounidense de Nueva York ha aprobado este jueves otorgar el derecho a votar en las elecciones locales a los migrantes residentes legales, convirtiéndose en la ciudad más grande del país en hacerlo.
El Ayuntamiento de Nueva York, controlado por los demócratas, ha dado luz verde al proyecto de ley por 33 votos a favor frente a 14 en contra, informa la cadena estadounidense CNN.
La legislación, conocida como ‘Nuestra ciudad, nuestro voto’, indica que pueden votar en los comicios locales los no ciudadanos que hayan vivido en la urbe durante al menos 30 días y sean residentes legales permanentes en Estados Unidos.
Así, se incluye a los titulares de la conocida ‘Green Card’ –la Tarjeta de Residente Permanente–, los migrantes con permisos de trabajo y los titulares del programa migratorio de Acción Diferida para los Llegados durante la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés) –una vía de regularización de indocumentados–.
Estas personas podrán ahora acudir a las urnas para las votaciones a alcalde, presidentes de municipio, concejo municipal o defensor público.
El proyecto ha sido impulsado principalmente por el concejal Ydanis Rodríguez, originario de República Dominicana, quien ha celebrado que con esta medida se ha dado paso un “cambio importante que reconoce las contribuciones de los migrantes”.
No obstante, la medida también ha despertado controversia, como el efecto en las comunidades afroamericanas. Al respecto, la demócrata Laurie Cumbo, ha indicado que la legislación “va a cambiar la dinámica de poder en Nueva York de una manera importante” cuando no se tiene la información “para saber cómo afectará eso a las comunidades afroamericanas que han sido las más vulnerables en su existencia” en la ciudad.
Los cinco principales países de nacimiento de migrantes en la ciudad son República Dominicana seguido por China, México, Jamaica y Guyana, según datos sobre la población inmigrante de la Oficina de Asuntos de Inmigrantes de la Alcaldía de Nueva York.
Con esta medida, Nueva York se une a otras ciudades estadounidenses, como Maryland o San Francisco, que permiten votar a los no ciudadanos.
