México, país singular para las fiestas y celebraciones, prepara ya su festejo de Independencia, que llevará a cabo el 16 de septiembre, en medio de una conmoción en la sociedad provocada por el terremoto de magnitud 8,2 que sacudió el 7 de septiembre el centro y el sur del país.
La celebración del 207 aniversario de la gesta independentista iniciada por el cura Miguel Hidalgo la noche del 15 de septiembre de 1810, en el pueblo de Dolores, Guanajuato, ha pasado a segundo plano debido al temor a otro sismo tras conocerse las afectaciones que sufrieron los estados de Oaxaca y Chiapas, principalmente, y por una sensación de desamparo que flota en el aire.
En Ciudad de México, además de activar la alerta sísmica el terremoto removió los recuerdos sobre el sismo del 19 de septiembre de 1985, cuando los capitalinos sintieron la fuerza de la naturaleza con un sismo de magnitud 8,1 Richter.
Aquel fenómeno derribó cerca de un tercio de los edificios de la capital y dejó alrededor de 20.000 víctimas mortales, según fuentes oficiales, y 45.000 de acuerdo con organizaciones civiles.
Los colores verde, blanco y rojo de la bandera mexicana, tan festivos en estas fechas, se diluyeron este año con el sismo y los ciudadanos optaron por dejar a un lado la compra de artículos tricolores, entre ellos las famosas banderitas, los cuales tienen su reducto en tiendas del Centro Histórico y mercados públicos.
“La gente no quiere salir, no se ve un flujo de gente como el año pasado”, dijo a Efe Choperena, vendedora de disfraces de temporada en el popular Mercado de San Cosme.
“Año con año las ventas ha ido bajando y no se sabe qué ha provocado esa baja; quizá en las escuelas ya no piden los atuendos y también que la fecha es un puente (vacacional), además del temblor. Creo que la gente está un poco, digamos, asustada”, añadió.
En estos sitios es común encontrar todo tipo de decoración para interiores y exteriores, además de artículos personales y prendas típicas para la ocasión, algunas representativas de los estados de México.
“Llevo danza folclórica como taller en la escuela y me pidieron vestuario para utilizarlo (en un baile) para que no se pierda la tradición”, expresó el estudiante Javier del Valle.
Mientras que Nelly García, trabajadora del sector público, contó que en su oficina festejarán el Día de la Independencia el viernes y para ello asistirán “vestidos para la celebrar la ocasión”.
García considera que el ambiente en la capital y en México “está muy calmado por todo lo que ocurre en el país en general, la inseguridad y el mal gobierno, principalmente esto último”.
Precisamente, el Gobierno informó que debido a que el presidente Enrique Peña Nieto “dedica su atención a coordinar y evaluar las acciones para auxiliar a la población damnificada” por el sismo, dispuso que este año, tras la tradicional ceremonia de El Grito, “no habrá cena en Palacio Nacional”.
Será el tercer año consecutivo que no se celebre la cena por la fiesta nacional luego de que en los dos anteriores el motivo fue evitar gastos debido a la situación económica.
Pero a pesar del amargo momento, el viernes por la noche millones de mexicanos se unirán, en sus casas y en plazas públicas de México y el extranjero, principalmente Estados Unidos, para evocar la arenga independentista del cura Hidalgo.
“A raíz del temblor y los aguaceros el pueblo lo ha resentido, pero creo que la vida debe continuar y hay que entregarnos a nuestro México”, comentó Salvador Núñez, conductor dedicado al transporte de pasajeros en la capital mexicana. “A pesar de cómo nos vaya, la tradición del mexicano es vivir su país”, añadió un tanto festivo.
El “Grito” lo da el presidente en turno a las 23.00 horas locales del 15 de septiembre desde un balcón del Palacio Nacional a la multitud congregada en el Zócalo (plaza principal) de la capital mexicana, al igual que lo hacen autoridades menores en la mayoría de la plazas públicas de los 2.457 municipios del país.
“¡Mexicanos!, ¡Viva la Independencia Nacional!, ¡Vivan los héroes que nos dieron Patria y Libertad!, ¡Viva Hidalgo!, ¡Viva Morelos!, ¡Viva Allende!, ¡Viva la Corregidora!, ¡Viva Aldama!, ¡Viva Guerrero!”, gritan las autoridades.
“¡Viva!”, responden los asistentes al tiempo que agitan banderas tricolores. Luego el gobernante repite varias veces “¡Viva México!”. El acto hermana por un momento a los mexicanos y se cierra con fuegos artificiales y tañer de campanas.
Será una noche mexicana diferente, un tanto melancólica, marcada el sismo y el mal clima con los huracanes, además de la violencia que arrastra el país desde hace varios años, problemas que los mexicanos combatirán con la sentencia popular “Al mal tiempo, buena cara”.